CHD dejará pasar el verano para reparar el daño de la riada de abril en el Bernesga
El comisario adjunto apunta que «un río con gravas, es más natural y ecológico».
Grava acumulada en el río Bernesga tras las últimas inundaciones.
Confederación Hidrográfica del Duero no contempla reparar los efectos de la riada de abril en el río Bernesga, como mínimo, hasta después del verano. El comisario adjunto del ente hidrográfico, Urbano Sanz, apuntó ayer que la actuación «de más envergadura» no se acometerá hasta después de la campaña estival, cuando se aprueben los presupuestos destinados a la provincia y que tan sólo se podría, con alguna partida menor, retirar «en un par de semanas», algunos de los árboles que obstruyen desde hace tres meses los ojos de los puentes y pasarelas que atraviesan el río.
La actuación no contempla la retirada de todos los sedimentos que son completamente visibles en el río «porque hay que acostumbrarse a ver un río con un lecho de gravas, porque es más natural y más ecológico, y se limpiará la parte que es excesiva», explicó el representante de CHD, tras explicar que la distribución desigual de estas gravas en el Bernesga «es un problema habitual», ya que arrastra en exceso en algunas zonas. De momento, el ente hidrográfico que dirige José Valín tampoco ha hecho un cálculo estimativo del coste de la restauración.
El tramo del Bernesga entre los puentes de San Marcos y los leoneses ha cambiado tras la riada del 2 de abril, cuando el caudal superó los 300 metros cúbicos por segundo. Se formaron largas lenguas de sedimentos y en algunos islotes ya crece vegetación. Desde el club piragüista de León se han puesto en contacto con Confederación sumando a esta situación «que en algunos tramos la profundidad no llega a los diez centímetros» y que «los limos están colmatando el azud», como indicó Óscar Rodríguez, uno de sus integrantes.
Sanz remarcó que la actuación prevista de limpiar gravas y vegetación también está pendiente de algún informe medioambiental y que la bajada del caudal en el Bernesga es algo habitual en verano «incluso algunos años se ha secado», efecto que se ha paliado con la pequeña regularización que se ha realizado con la presa de Casares. Por este motivo matizó que hace poco más de quince días el caudal era de tres metros cúbicos por segundo y ayer mismo, de 2,24: «Es un nivel más bien bajo, pero no está mal», concretó.
«El antiguo azud de San Marcos se ha rebajado para dar más continuidad al río y, al haberlo rebajado, el caudal sólido, que es natural y que antes se quedaba atrás ahora llega más abajo —entre San Marcos y el puente de los leones—, antes el agua estaba más repartida», justificó Urbano Sanz, quien añadió que el hecho de que algunos de los ojos del puente de San Marcos estén obstruidos «es normal, porque el río tiene caminos preferenciales y el caudal está bajo».