Una aventura no apta para cobardes

La extensa variedad del paisaje leonés permite que a lo largo y ancho de la provincia se puedan realizar todo tipo de actividades al aire libre. Empresas como Guheko se encargan de encauzar todas estas opciones para los amantes del ocio en abierto y cuentan entre sus programas con una variedad que abarca desde rutas de senderismo hasta multiaventuras en equipo pasando por el aclamado paintball, que ha pasado a ser parte esencial en la organización de despedidas de soltero en los últimos años.

El tiempo y la fecha orientan la elección de una u otra opción: Desde paseos para coger setas en otoño hasta las excursiones en las cuevas de Valporquero, que sólo abren unos meses al año fuera de la temporada de lluvias.

Fuera de León también tienen su mercado los acantilados asturianos, accesibles para viajes de un solo día por su cercana situación. Son escenario de excursiones que permiten contemplar fauna y floras de clima costero.

Todas ellas parten desde la sede de Guheko, en la localidad de Vegacervera, situada a unos treinta kilómetros de la capital. Hasta allí se puede ir en vehículo propio o añadir al pack el alquiler de un autobús para los transportes y olvidarse de coger el coche en todo el día. Desde allí se pone rumbo al destino excursionista del día: Picos de Europa, montaña oriental leonesa, Babia e, incluso, la zona sur de la provincia, donde hay viñedos para visitar.

También existen circuitos que permiten combinar el aire libre con el interior y, en caso de necesidad, suplir alguna de las partes contratadas. Es el caso de la raid multiaventura, que incluye escalada, espeleología, tiro con arco y una serie de pruebas de habilidad. Todo ello está orientado hacia la consecución de un objetivo; sumar puntos con cada nivel de la jornada. Se puede elegir realizarla en horario de mañana (9.00 a 14.00 horas) o de tarde (entre las 15.00 y 16.00 y las 19.00 y 20.00) a gusto del consumidor.

¿En qué consiste cada prueba?

Las instalaciones del rocódromo acogen la prueba de escalada. El cliente se encuentra en todo momento vigilado por los monitores y sostenido por un arnés para evitar sustos si se produce una caída. Es, en realidad, un simulador de pared rocosa de montaña orientado para aquellos menos expertos en la verticalidad. Este tipo de escala se engloba dentro de las de interior, junto con las que se hacen en salas búlder, sea en sala o no. Esta última consiste en escalar bloques de roca o pequeñas paredes, que pueden ser de hasta ocho metros, sin la necesidad de los materiales de protección convencionales. El primero en alcanzar la cima dentro de la raid multiaventura, obtiene un mayor número de puntos.

La siguiente fase se lleva a cabo en la cueva del Burro, donde los asistentes deben encontrar una especie de ‘tesoro’, que también otorga puntuación. Todo ello contando con la ayuda de una topógrafa para recorrer parte del ramal oeste de la cueva, situada en las proximidades de Vegacervera.

Técnicamente, la espeleología es una ciencia cuyo objeto es el estudio de las cavidades subterráneas. De esta manera tan ligera, los que opten por este pack con Guheko, tomarán una especie de clase de introducción en la materia casi sin darse cuenta de ello.

Con la mitad de la jornada ya superada, muchos se entusiasmarán con el tiro con arco y creerán por un momento encontrarse en una batalla al más puro estilo de Juego de Tronos. Aquí también se obtienen puntos y el blanco no será ningún participante del equipo contrario, sino un blanco fijo. Por ello la puntería y fuerza de cada uno sumados a la seguridad y vigilancia de los monitores son primordiales para finalizar esta parte de la etapa sin tener que lamentar bajas entre las filas.

La prueba de habilidad consiste en una combinación de juegos cooperativos en la que serán necesarias la coordinación y trabajo en equipo del grupo para conseguir el objetivo. Por ejemplo, caminar todos los integrantes de un grupo en los mismos esquíes, algo que puede parecer fácil sobre el papel y acaba resultando hilarante para ver desde fuera y vivir desde dentro. Con esto acabado, se procede al recuento de puntos y se anuncia el equipo ganador.

Los grupos, en total, han de tener un mínimo de ocho personas para poder hacer una salida y el precio es de 25 euros por persona. A partir de este mínimo, el precio dependerá de la cantidad de personas que vayan a hacer la actividad.

Una clientela diferente

Desde Guheko comentan que el grueso de visitantes suele provenir de familias y despedidas de soltero que eligen pasar un día del fin de semana de forma diferente y disfrutando del aire libre. Pero desde hace un tiempo suman también una cartera de clientes bastante distinta: hay empresas que llevan a sus empleados en lo que podría denominarse como «jornada de convivencia». Las nuevas técnicas de motivación de empleados y selección de candidatos pueden incluir técnicas tan distintas y originales como llevarlos de excursión al campo y ponerles a hacer pruebas de agilidad para comprobar, en un ambiente muy diferente a una oficia, cómo se trabajan entre ellos en equipo en condiciones radicalmente opuesto al que puede ser su puesto laboral diario. En situaciones así se remarcan con mucha más fuerza los roles que desempeña cada uno de ellos. Además, un día al aire libre no viene nunca mal y ofrece la posibilidad de conocer a los compañeros desde otra perspectiva.

En resumen, este tipo de turismo de exterior, que combina también las actividades bajo techo, resulta seguro al estar vigilado por expertos en la materia. Aunque suponga un esfuerzo económico para algunas carteras, merece la pena la inversión en tranquilidad y el pago de una ruta con añadidos, con Guheko o cualquier otra empresa que se dedique a un campo como este o similares. Para la mayoría de ellas, se recomienda tener al menos calzado apropiado para la montaña y, por supuesto, ropa de abrigo en caso de que las temperaturas sean tan frescas, como suelen serlo la mayor parte del año en toda la zona de montaña leonesa.

No deja de ser una manera distinta de poner el ojo sobre la tierra propia, la que pocas veces se visita cuando se dispone de vacaciones o algún puente. La cercanía hace que el tiempo de desplazamiento sea menor y se pueda aprovechar mucho más el rato. Desde luego, una alternativa más llamativa que dormitar en una piscina en verano o hacer zapping en el sofá cuando hace frío. A pesar de que cueste más hacer el esfuerzo de quitarse el pijama y abandonar el calor del hogar para aventurarse en el crudo invierno, es de ese tipo de cosas que hay que hacer, al menos, una vez en la vida.

maje muñiz

leonalsol@diariodeleon.es