«HAGO CON más ganas lo que no ME DEJAN»

Vicente Robles Campillo tiene 68 años y está jubilado del campo, aunque también trabajó en en una fábrica de piedra artificial. Es su paso por ésta la que le ha proporcionado los conocimientos necesarios para desempeñar su actual labor: la realización de tallas de madera.

Aunque actualmente no las comercialice, el vecino de San Vicente del Condado se dedica a realizar pequeñas esculturas cuya inspiración «está al completo en su mente e imaginación, aunque a veces tome como referencia alguna fotografía», cuenta.

La materia prima la consigue del campo, de «troncos que la gente me va dando, hasta los Guardias me los traen cuando se los encuentran por ahí». Entre sus obras se encuentran un urogallo, un águila con una serpiente, un desnudo de hombre y otro de mujer y, la última de ellas, un cristo «bastante grande, de 60 kilos de peso, que ha llamado mucho la atención a la gente que lo ha visto».

Orgulloso de su trabajo, comenta que no quiere ganar dinero a costa de estos trabajos, sino que «con que la gente los vea» le puede servir como compensación a su trabajo.

Quiere dejar claro todo lo que puede llegar a hacer «la gente sin estudios ni formación». Como él mismo reconoce, muchas personas le preguntan dónde ha conocido este oficio artesano, algo que no ha aprendido en ninguga parte. «Lo hago todo a ojo, incluso las medidas, y me sale perfecto», dice.

Actualmente no se encuentra trabajando en ninguna nueva obra, sino que se dedica a llevarlas a las diferentes ferias de la zona, como a la organizada por su propio Ayuntamiento, donde «el alcalde puso mucho interés en que las llevara».

Más allá de su trabajo con la madera, Vicente se ha dedicado muchos años a la taxiderma, algo que aprendió «por correspondencia». Como él mismo dice, «si veo a alguien hacer una cosa y no quiere que yo lo haga, le pondré aún más ganas».

MIRIAM BADIOLA