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LA ENTREVISTA

«En política hay gente joven que lamentablemente tiene vicios muy viejos»

Julio Villarrubia Mediavilla, precandidato a la secretaría general del PSOE en Castilla y León

Julio Villarrubia, ayer en el mercado de la plaza Mayor de León

Publicado por
M. ROMERO | LEÓN
León

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Ofrece experiencia política y honestidad frente a programas «improvisados en cuatro días». Pese a que el PSCyL ha quedado abierto en canal tras su liderato, habla de un proyecto colectivo con mucha participación de las bases. Julio Villarrubia espera optimista y tranquilo la decisión soberana de la militancia. Los años son su baza y su lastre.

—¿Tanta zancadilla en qué ha cambiado a Julio Villarrubia durante estos años?

—No hay tanta zancadilla ni he cambiado en estos años. ¿Qué he aprendido? Que hay que seguir luchando, que momentos difíciles exigen dar la talla y la cara y que hay que dirigirse a la gente sin engañar porque la desafección sólo se eliminará si no se engaña.

—Habla de desafección como si no fuera con ustedes. La gente está enfadada porque los políticos no cumplen muchas de sus promesas. ¿Y usted dice que cumple las suyas?

—Con toda humildad cumplo siempre con mi palabra y hago lo que digo; soy intolerante con la mentira y la corrupción, no son palabras huecas, ahí está mi trayectoria política. Y ahora creo que puedo ser útil a mi partido y a la sociedad. No es ningún chollo, es un «sacrificio» en un momento tan difícil en el que todo el mundo está bajo sospecha.

—¿Y qué puede ofrecer ahora que no haya ofrecido en todos estos años?

—Un proyecto colectivo que hemos estado construyendo para la comunidad autónoma a través de miles de horas y reuniones y de muchos kilómetros hechos por mucha gente. Ahora tenemos una alternativa de gobierno construida, con unos cientos de propuestas que vienen del partido y, sobre todo, de la sociedad. Es la hoja de ruta de la alernativa de esta comunidad, que no se improvisa en cuatro días.

—¿Tantos años de experiencia son una ventaja en esta pugna o más bien un lastre?

—Cada uno es lo que es, con sus ventajas e incovenientes, pero aporto experiencia, solvencia política, honestidad, honradez, capacidad de trabajo, defensa de los derechos y libertades y he destacado por ser un luchador contra la corrupción y la injusticia allá donde se produzca.

—Dice Tino Rodríguez que su percepción es que la sociedad de hoy apuesta más por políticos de 40 años que por los que llevan 40 años en política. ¿Qué dice a eso?

—Respeto lo que diga cualquiera, pero creo que la sociedad apuesta por gente decente, honrada, honesta y que actúa como dice. En política, hay gente muy joven que lamentablemente tiene vicios muy viejos. Y hay gente que es un ejemplo de vida hasta que desaparece.

—¿Con qué espíritu acude a este congreso?

—Con un espíritu de mucha esperanza e ilusión, y con un afán de conseguir un partido sólido y unido de verdad. Si alguno no lo entiendiera así es que no sabe lo que son los nuevos tiempos y que la soberanía de la militancia va a ser el eje del funcionamiento de este partido. No sólo para votar el día 4, sino para la toma de las decisiones más imporatantes en el medio y largo plazo.

—En caso de ganar, ¿será candidato a la Junta?

—Sin duda. Me contaban estos días que Juan Vicente Herrera quiere abandonar, pero que igual le obligan a ser presidente. Y yo digo que esta comunidad no necesita un presidente que no quiere serlo. Yo quiero ser presidente de esta comunidad autónoma para luchar por y para la gente, con las manos limpias y sin ningunahipoteca. Y cuando digo ninguna, digo ninguna; ni la de mi casa, que ya con esfuerzo la pagué en su día.

—Veo que admite ese fracaso absoluto de la bicefalia.

—Los problemas no vienen por la bicefalia. Eso ha sido un problema de arriba, entre unos pocos, generado por quien sea. Me permitirá que no hable del pasado, sólo quiero hablar del presente y del futuro. Pero no hay una división en el partido socialista. Los militantes están hartos de ciertas cosas y con razón. Cuando la militancia decida, se acabó el problema de la bicefalia y de la tricefalia. Ya no hay más problema: soberanía de la militancia y a trabajar todos.

—Tudanca ofrece unidad. ¿Después de la dimisión de parte de su ejecutiva, cree que usted puede ofrecer lo mismo?

—Es evidente y lo que es público y notorio necesita poca explicación. Los que actuaron de una determinada manera serán los que tengan que justificar y explicar. Pero no fue una división del partido, fue de un órgano de 25 personas constituido como fue constituido. Y no quiero hablar más del pasado porque contravendría mi decisión personal de haber estado callado durante tres meses sólo trabajando para ofrecer a mi partido un proyecto colectivo.

—¿Cuánto hace que no habla con Óscar López?

—No hablo de las personas con las que no hablo y no hablo, desde luego, con quien no quiero hablar. Pero hablo con casi todo el mundo y tengo muy buena relación en Castilla y León y en España con el 99,9% de los socialistas.

—¿Cuál es su baza entonces?

—Haremos un programa poderoso, que ya está en buena parte elaborado porque no se podría empezar ahora con cuatro días a presentar un proyecto para esta comunidad.

—¿Se refiere a Tudanca?

—Nooo. Valoro positivamente a Tudanca y tengo que decir que es un gesto valiente y generoso venir a un lugar tan difícil como este, con la que está cayendo, con la situación que tenemos, a dar la cara. De verdad, no es una ironía, valoro su deseo de luchar por esta comunidad.

—Sabe que el PSOE ha perdido la calle.

—El PSOE ha perdido parte de la calle que urge recuperar.

—¿Pero cómo lo van a hacer?

—Creo que lo estoy intentando explicar, que es con trabajo y esfuerzo.

—Pero la sensación que hay es que plataformas sociales como Ganemos o partidos como Podemos lo saben explicar mejor.

—Es más fácil. Si desde el PSOE somos capaces de contar que cumplimos con nuestro proyecto de siempre, la batalla se va a ganar en el medio plazo, pero si no lo hacemos bien estoy convendido de que nos van a castigar.

—De ganar, ¿tendería la mano a Tudanca en su nueva ejecutiva?

—Si ganamos voy a contar en este proyecto con todo el mundo, o con casi todo el mundo, que quiera trabajar en estos principios y valores y con este programa limpio, honesto y transparente. No sobran manos, sino que haremos un llamamiento a la gente que abandonó decepcionada el partido y que estará encantado de que vuelvan.

—¿Y si se diera el caso de un resultado muy igualado? ¿Necesita el nuevo secretario una amplia mayoría? Se podría liar otra vez.

—Nooo. Nooo. Vamos a ver. Esto no es una confrontación. Si hay más de una opción, uno gana y el otro pierde. La esencia de la democracia, la regla de oro, es el respeto del que pierde hacia el que gana. Y la de plata, el respeto de quien gana a quien pierde.

—Parece que se ha puesto de moda lo de eliminar las diputaciones. ¿Cuál es su opinión?

—Voy a ser claro. Hace más de veinte años, no hoy, mi opinión personal ya era que no tenían ninguna razón de existir desde el momento en que se desarrolla el título octavo de la Constitución. Cuando se lleva el estado de las autonomáis al nivel que se ha llevado no tiene sentido la existencia de las diputaciones en la forma que actualmente existe.

—Le he odído hablar de un decálogo.

—Lo presentaremos el lunes. Ni un cargo público del PSOE puede mantenerse ni 24 horas en su puesto si es condenado por cualquier delito. Igualmente sin condena firme y hay sospechas fundadas de un delito de corrupción. Eso hay que practicarlo. Ese es un compromiso.

—Cuénte algo más de ese decálogo.

—Va en la línea del aumento de la participación, de la democracia interna, de la inclusión de los alcaldes y concejales en las decisiones más importantes, incluso cuando no son militantes.

—¿Qué opina del caso de Matías Llorente?

—Hay que hacer siempre un esfuerzo de entendimeinto y de diálogo, siempre. Y yo añado que en el ámbito de la agricultura y la ganadería en Castilla y León voy a proponer un esfuerzo de consenso en todos los ámbitos, siempre en coordinación con las ejecutivas provinciales.

—Ni idea de a lo que se está refiriendo.

—A lo que he dicho. Estar cerca de los representantes de agricultores y ganadores y de las organizaciones agrarias. Y si hay o ha habido problemas, hay que intentar arreglarlos. Digo intentar. Si no se puede, no se puede. Pero los puentes de diálogo no se deben de romper en política nunca, salvo con gente que sea indecente.

—¿Si pierde el congreso, lo deja?

—Si yo pierdo este congreso seguiré militando en este partido y dando lo que pueda dar en cada momento, pero desde luego me dedicaré a vivir de mi trabajo, como he hecho toda mi vida, salvo en la última época, porque yo tengo mi despacho de abogado y mi oposición de secretario-interventor; mi modo de vida no es la política. Estoy dispuesto a seguir siendo útil y, si no, seguiré trabajando por este proyecto sin cargos, no me importa.

—¿Sería diputado hasta final de legislatura?

—Ni lo he pensado. Además, la verdad, la hipótesis que manejo es empezar a trabajar con la mayoría el día 5.

—¿Y qué le parece que Óscar López alargue su portavocía en las Cortes hasta final de legislatura?

—No voy a hablar de Óscar López. Es él quien debe dar algunas explicaciones, las tiene que dar él. Yo respetuosamente digo que el PSOE debe practicar la lealtad. A partir de ahí cada uno sabrá lo que ha hecho y lo que tiene que hacer. Yo me miro al espejo y no me avergüenzo de lo que he hecho, ni me avergonzaré jamás.

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