EMPRESAS LEONESAS
Hojaldres Alonso cierra sus dos últimos cafés en León y finiquita a 12 trabajadores
La marca abandona el sector hostelero, aunque seguirá con la fábrica de Astorga
Primero se cerró la puerta de la sede de la calle Independencia, en coincidencia con el vencimiento del alquiler; luego, se traspasó el local de la calle Ancha a un grupo de trabajadoras, que lo mantienen abierto con el mismo sello pero al margen de la empresa originaria; y ahora bajan las persianas los dos únicos establecimientos que quedaban: el de la esquina de Ordoño con Roma, en plena plaza de Guzmán, y el de Gran Vía de San Marcos. La sucesión enmarca la caída de las cafeterías y confiterías de Hojaldres Alonso, con la que quedan en la calle 12 trabajadores, después de 18 años en los que la apuesta por la expansión de la marca se ha tenido que replegar hasta quedarse de nuevo en el núcleo fundacional: el obrador de Astorga en el que se mantienen otros 17 empleos al margen de las dificultades económicas que han obligado a cerrar los negocios de hostelería de la capital leonesa, como confirmó ayer su propietario, César Alonso.
El cierre de las dos emblemáticas cafeterías de Hojaldres Alonso llega después de unos resultados adversos que se han visto complicados en los últimos meses por la entrada de los trabajadores dentro del convenio de hostelería, en lugar del acuerdo de confitería con salarios más bajos, justo cuando se negociaba un traspaso, según justificó Alonso. No hay ninguna opción de que se vuelvan a abrir, como descartó el propietario de la marca, que insistió en que la estrategia pasa por centrarse en el obrador de la ciudad maragata, después de deshacerse de los locales que mantenía en régimen de alquiler en dos de las zonas de mayor tránsito de la capital leonesa, donde se habían convertido en establecimientos de referencia.
El proceso hace que a partir de ahora, una vez que se firme el expediente de extinción de empleo que se presentará en los próximos días, los trabajadores tengan que ejercer sus derechos de recurso judicial, informó el asesor de CC OO en las negociaciones del cierre, José Carlos Mencía. La apelación a la justicia se hace necesaria, como reseñó el portavoz sindical, para que los 12 empleados puedan cobrar del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) las nóminas que se les adeudan —junio, julio, agosto y la parte proporcional de la extra devengada hasta el 5 de septiembre—, así como la indemnización que le corresponda a cada uno. «Cada uno optará por la vía que más le convenga, con abogados de sindicatos o de manera independiente, aunque hay que tener en cuenta que los límites que tiene el Fogasa hacen que no vayan a cobrar todo lo que tenían en nómina», abundó el sindicalista, quien recalcó que a pesar de los esfuerzos hechos el propietario «ha transmitido por medio de sus abogados que no puede asumir las nóminas de ninguno de los 12 trabajadores». «Hace tiempo que ya nos habíamos sentado para intentar una solución, pero al final la situación ha empeorado y se ha complicado por todos lados», apuntó el interlocutor social, quien explicó que, «cuando traspasó el local de la calle Ancha a un grupo de empleadas, se quedó con otras 4 trabajadoras que repartió por el resto de los locales que le quedaban».
Ninguno de los trabajadores será aprovechado esta vez por Hojaldres Alonso, como señaló el portavoz sindical, quien recalcó que «es una lástima que no haya habido una solución y se hayan perdido los 12 empleos, casi todos ellos con mucha antigüedad, que ahora con el despido tendrán que ir al paro a buscarse la vida».