Cómo guiarse a ciegas por León
Ayuntamiento y Once educan sobre las rutas de movilidad de invidentes.
El concejal Ricardo Gavilanes prueba la ruta y sus sensaciones.
Con un antifaz y un bastón se paseó ayer el concejal de Movilidad del Ayuntamiento, Ricardo Gavilanes, para experimentar en primera persona cómo se siente una persona ciega que tiene que guiarse por la ciudad. Una iniciativa, enmarcada en la programación de la Semana de la Movilidad, para «concienciar a la sociedad sobre la importancia de potenciar la accesibilidad», gracias a proyectos como «la reforma que se ha llevado a cabo en una parte del casco histórico para definir itinerarios seguros por medio de la instalación de un pavimento especial» que, a medio plazo, se quiere extender a todo el centro monumental.
En estas guías se basó el experimento al que también se sometieron escolares y ciudadanos durante la mañana de ayer en Botines. Una ruta que cuenta con dos pavimentos «con texturas diferenciadas» para guiar a los invidentes: una acanalada, que se marca «en paralelo a la línea de desplazamiento de un peatón ciego, que no puede ir por mitad de la vía pública sino que necesita una línea de referencia», y otra con forma de botón que señala «el cruce con una vía», como explicó Ester Gallego, técnico de rehabilitación de la Fundación Once para ofrecer la lectura de tacto indirecto que se hace con el bastón. Una guía que, como comprobaron ayer los ciudadanos, se completa con los más de 120 mandos que hay repartidos entre los invidentes para que accionen cuando la ruta se acaba y se aproximan a un semáforo. «Pulsa una vez y se emite una primera señal sonora que le dirige hacia el puesto de partida; allí, espera y el semáforo empieza a pitar 3 segundos más tardes de que se ponga en verde, para evitar atropellos de algún coche que apure, y esa señal le guía de postes a poste», señaló la técnico municipal de Movilidad Cristina Villalón, que incidió en que por medio de este sistema se ha quitado el sonido que tenían los semáforos.