La caída de precios mejora el poder adquisitivo, pero agrava las deudas
La bajada de los precios tiene un doble efecto, ya que por un lado mejora el poder adquisitivo de los consumidores y la competitividad de las empresas, mientras que por otro hace más difícil la devolución de unas deudas que no pierden valor, además de ser un síntoma de una economía débil.
Los efectos positivos se diluirían en un escenario de deflación en el que la bajada de precios fuera generalizada y prolongada, aunque los expertos consultados por Efe no ven en el horizonte esa posibilidad. Una economía en deflación entraría en un círculo vicioso en el que la demanda cae ante la expectativa de que los precios sigan bajando, las empresas ven recortados su beneficios al tener que bajar los precios y como consecuencia de ello prescinden de trabajadores, que al quedar desempleados retraen aún más su consumo.
No obstante, los expertos coinciden en que ni la economía española ni la europea están cerca de la deflación, menos aún después de que el Banco Central Europeo haya tomado medidas de liquidez y haya dejado los tipos de interés del dinero casi a cero para evitar ese riesgo y estimular el consumo.
Los analistas coinciden en que las bajadas de precio son ocasionales y en que el IPC cerrará el año en una tasa ligeramente positiva cercana a cero. Para la analista del Instituto de Estudios Económicos Almudena Semur, la caída del 0,5 % del IPC en agosto se ha debido a la bajada de los carburantes.