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CHINA EN LEÓN

La Universidad prepara la vieja sede de Minas para acoger el Confucio

El traslado será progresivo y a medio plazo, en función de la reforma del edificio

Fachada de la futura sede del Instituto Confucio, en el entorno del jardín de San Francisco

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A. CALVO | LEÓN
León

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La vieja escuela de Minas, ubicada en la calle Jesús Rubio, en La Corredera, será el nuevo destino del Instituto Confucio, que actualmente se encuentra ubicado en la sede del Centro de Idiomas de la Universidad de León. La institución académica prepara ya el acondicionamiento del edificio, que cerró sus puertas hace poco más de un año bajo las medidas de contención del gasto, lo que supuso el traslado de la titulación al Campus de Vegazana. El Instituto Confucio cuenta actualmente con más de 300 alumnos matriculados en clases de chino, a los que se suman otros 500 que este año han venido a examinarse por libre a León.

El primer paso será la reforma de la instalación eléctrica, que ya se encuentra en licitación, y el objetivo es hacer una solicitud a la Oficina Central de los Institutos Confucio Hamdan para conseguir una ayuda que financie parte de la reforma. La vieja escuela de Minas carece actualmente de acometida eléctrica y el traslado se irá realizando a medida que las obras avancen y el espacio se vaya habilitando. «El traslado será progresivo y a medio o largo plazo, porque el objetivo es ir ajustando los gastos de mantenimiento de apertura para minimizar los costes», explica el vicerrector de Relaciones Internacionales e Institucionales de la ULE, José Luis Chamosa. Entre las ideas, que el centro se mantenga abierto en horarios concretos, para ahorrar los costes al máximo.

El edificio de la calle Jesús Rubio, que abrió sus puertas en 1962 tiene tres mil metros cuadrados y está actualmente «completamente vacío». La reparación del sistema eléctrico permitirá cambiar la instalación que antiguamente alimentaba la pesada maquinaria de la escuela de Minas y que, en un futuro, deberá abastecer sólo las aulas en las que se impartirán las clases de chino, la biblioteca del centro y la sala de ordenadores, además de las demás dependencias del centro como las salas y los despachos de la docena de profesores que dan clase.

«Siempre hay necesidades para actividades docentes y extra académicas y será necesario ir recuperando espacios sin que eso suponga una carga para la Universidad de León», indicó Chamosa, quien remarcó que el objetivo es que el Instituto Confucio, cuando esté en su nueva sede «tendrá que autosostenerse». En este sentido, explicó que serán las matrículas y los fondos que recibe el centro de Hamdan los que permitirán ir sufragando los costes, además de otra serie de ayudas que se irán solicitando. «La calefacción y la limpieza es lo más caro», especificó el vicerrector, quien concretó que está previsto que se use el 40% del edificio que hasta el curso pasado acogía a los alumnos de Minas y que el resto de espacio se podría destinar a otras funciones y usos que requiera la ULE. «El edificio cerrado se deteriora muy rápido», afirmó Chamosa.

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