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EL DERECHO A UNA MUERTE DIGNA

«Es hora de debatir la muerte voluntaria, acompañada y pacífica»

El médico Luis Montes, perseguido por mitigar el dolor de sus pacientes, interviene hoy en León, en la Fundación Sierra Pambley, en el debate con el que la asociación Derecho a Morir Dignamente conmemora su 30 aniversario en lucha por la despenalización de la eutanasia en España

Luis Montes en un acto este año en Ponferrada

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Luis Montes, el médico que fue perseguido por mitigar el dolor de sus pacientes en el hospital de Leganés, vuelve de nuevo a León con una charla sobre la disponibilidad sobre la propia vida que organiza de Derecho a Morir Dignamente León.

—Son 30 años de DMD. ¿En qué punto se encuentra el debate sobre el derecho a la muerte digna?

—Pasamos una temporada larga con el debate sobre la dignidad, el rechazo al tratamiento y la creación de los registros de testamentos vitales. Ahora es el momento de debatir el protocolo de muerte voluntaria, acompañada y pacífica.

—¿Qué paso es imprescindible?

—La principal reividincación es que se derogue el artículo 143 del Código Penal que cataloga de homicidio la colaboración necesaria en la muerte de una muerte aunque su motivación sea altruista. Es el momento de cambiar la legislación y establecer un protocolo de disponibilidad de la propia para que el suicidio deje de ser una muerte trágica y se regule la eutanasia y el suicidio asistido.

—¿Es lo que demanda la sociedad? No es algo de lo que se hable mucho últimamente.

—Según una encuesta del CIS, el 96,5% de la población considera que todas las personas deben tener acceso a la asistencia sanitaria necesaria para una muerte sin dolor ni sufrimiento. El 81% rechaza que se les prolongue la vida de forma artificial. El 64,5% quiere que los médicos le ayuden a morir para evitar su sufrimiento. El 80,5% cree que la ley debería autorizar a los médicos a que pudieran poner fin a la vida y sufrimientos de la persona que libremente lo solicite, es decir, a la eutanasia. El 67,9% cree que la ley debería permitir a los médicos proporcionar los medios necesarios para que el paciente termine su vida (suicidio médicamente asistido). Las encuestas van por delante de nuestros representantes y la ideología dominante va contra la población.

—Hace años conmocionó el caso de Ramón Sampedro. Ahora la ciudadana americana que se traslada de Estado para morir. ¿Tiene que haber héroes para avanzar?

—La pelea por los derechos es de los ciudadanos, que dejan en ridículo la hipocresía social que obliga a ciudadanos británicos a trasladarse a Suiza para morir. Después de la muerte de Ramón Sampedro se consiguió la ley de autonomía del paciente y el testamento vital, con 5 años en el túnel del tiempo por los registros, las leyes de muerte digna en Andalucía, Aragón y Navarra. Y ahora se debaten en Galicia, Canarias y País Vasco. Una persona no tiene por qué soportar vivir su proceso de muerte. Es lo que pone en evidencia el anuncio más largo del mundo ( www.elanunciomaslargo.com). A lo que se niega la ciudadana americana Britanny Maynard.

—¿Cuál es la función y el límite del testamento vital?

—Permite programar nuestra asistencia cuando no somos autónomos y competentes, pero no permite solicitar finalizar la vida.

—¿Qué calificación le da a España respecto a otros países europeos en estos derechos?

—Un 5. La disponibilidad de la propia vida, la sociedad laica y el modelo de Estado son parte del debate del cambio político que traerá el fracaso del bipartidismo.

Lugar: Fundación Sierra Pambley / Hora: 19.30