Miguel Morán recupera los laureles
. La fundación mexicana Delia Morán, creada por su nieta, devuelve a la casa Alfageme la lápida homenaje que el pueblo costeó al patricio en 1905 .
El político y filántropo del siglo XIX Miguel Morán González (1820-1903) recupera memoria y laureles con la vuelta al lugar original de la lápida homenaje que se colocó en la actual calle Regidores, 4, el 24 de junio de 1905, en una iniciativa insólita hacia un cargo público contemporáneo costeada por suscripción popular.
La fundación mexicana Delia Morán, que lleva el nombre de su nieta y está dedicada a la educación y ayuda a familias de escasos recursos, es la promotora de un homenaje el lunes a las 13.00 horas. En la conocida como casa Alfageme, se descubrirá la lápida de mármol de quien fue concejal, diputado provincial y diputado en Cortes en dos ocasiones (1872 y 1873), militando en las filas del republicano Emilio Castelar. También fue director del hospicio de León y presidente de la Sociedad Económica de Amigos del País de León.
La lápida contiene un medallón con el busto del personaje y un ramo de laurel de quien es considerado «insigne patricio» y «persona destacada» por «su amor a la patria, por su honradez y su generosidad». El texto, en letras de bronce, dice: 1820 - 1903 / En esta casa vivió y murió / el ilustre leonés / varón modelo de virtudes / DON MIGUEL MORÁN Y GONZÁLEZ / Sirvió lealmente a su patria / Descanse en paz / Sus amigos le dedican este recuerdo / para perpetuar su memoria ». Miguel Morán González nació en León y era hijo de Esteban Morán Argüello, astorgano que se afincó en León con una industria de curtidos en la presa de Santa Ana. Su hijo la amplió y trasladó junto a la presa de San Francisco, a terrenos que pertenecieron al convento de San Claudio, explica Carmelo de Lucas del Ser. El historiador y periodista realizará una semblanza del político en el acto homenaje que contará con la presencia del alcalde, Emilio Gutiérrez, el procurador del Común, Javier Amoedo, y descendientes del filántropo que viajan desde América y diversos puntos de España.
Miguel Morán abrió también una fábrica de cervezas que fue pionera en León. «La familia Morán adquirió notoriedad y prestigio en la sociedad leonesa de su tiempo y participó muy activamente en la vida pública local, siempre en las filas de los partidos liberales y progresistas», subraya De Lucas.
La lápida y el retrato son obra del tallista Arévalo, con otras obras de arte funerario en el cementerio de León, y ha sido restaurada con una limpieza química y mecánica. La familia Alejandre de la Torre, propietaria del inmueble, ha accedido desinteresadamente a su reposición.