Mandaron SMS desde el móvil de la joven a sus padres después de muerta
Rocío Fernández Ameijeiras desapareció de su domicilio a finales de mayo del 2005. Tenía 24 años de edad en el momento de su desaparición. Vivía en Trobajo del Camino y mantenía una relación sentimental con un joven del entorno de la capital, de 22 años.
Los padres de Rocío sospechan que la muchacha se había quedado embarazada y que el padre del bebé no quería tener el hijo. Lo único que saben a ciencia cierta es que desapareció de su domicilio. «Nos llegaron varios mensajes diciendo que no nos preocupáramos, que estaba bien y que se había ido a Madrid a buscar trabajo», explicaron sus progenitores.
El 8 de junio de 2005 apareció su cadáver en un vertedero de Navatejera. Su cadáver estaba en avanzado estado de descomposición y mostraba signos de muerte violenta.
La investigación demostró pocos días después que algunos de los mensajes tranquilizadores que la familia había recibido en aquel tiempo, se habían enviado por autoría de otra persona puesto que la joven, para aquel momento, ya había fallecido. Un hallazgo macabro para la instrucción.