«Nuestro Estado es el ejemplo de que si se quiere, se puede»
Los alumnos ganadores del concurso de redacción infantil explican su filosofía.
Judith del Blanco, leyendo su trabajo.
Se le iluminó la cara desde un principio a Antonio Silván, se unió a la sensación Emilio Gutiérrez y terminó esbozando la misma sonrisa Emilio Orejas. Los discursos sobre la Constitución pronunciados por los alumnos de tres centros escolares leoneses pusieron la nota colorista a la mañana, de otra manera quizá un tanto árida.
Judith del Blanco Maurel, alumna de 4º de la ESO del Instituto de Eras de Renueva, Quillaccori García López, una niña de origen peruano de 2º de Bachillerato Internacional del Instituto Lancia y Sara Payero Mínguez, de 6º de Primaria del Colegio La Palomera, leyeron sus trabajos ganadores del concurso del Día de la Constitución.
«Tenemos que dar un salto de casi 160 años para situarnos en la versión definitiva de la Constitución, después de la inicial de 1812. El Rey Juan Carlos I estableció una nueva y frágil cúpula de gobierno, con Adolfo Suárez a la cabeza. Tuvieron que lidiar con la crisis del petróleo, que asestó un duro golpe a la economía española y lograr el máximo consenso posible con el régimen franquista. Una coalición y la unidad de la sociedad del país hizo el resto, tras el referéndum de 1978», explicó Judith en un repaso a la historia.
«Cierto es que una gran mayoría entre la que se encuentra mi grupo, no pensamos cada día en la Constitución, pero pese al orden vivido, decimos que todos los derechos han supuesto un giro radical en la sociedad de finales del siglo. Una educación pública, la libertad de expresión, la nacionalidad... A veces hay que echar la vista atrás para saber quiénes crearon esa compilación de 169 artículos que ahora nos permite decir que estamos orgullosos de ser españoles».
«Feliz cumpleaños. Para la Constitución no pasan los años. Es un asidero al que agarrarse cuando todo parece estar en caída libre», explicó Quillaccori. «El estado es el mejor ejemplo de que si se quiere, se puede. Dos no discuten si uno no quiere y menos mal que nos hemos dado cuenta de que se vive mejor sin discutir. Afrontar las diferencias para encontrar lo que nos hace iguales nos permite ser mejores. No, señores. No estamos ante una mera recopilación de leyes. Estamos ante una España decidida a buscar el futuro por los valores del pasado».