a falta de pruebas concluyentes
El asesinato del Comandante Cortizo prescribe en 2015 y aún está sin juzgar
Un resquicio legal del Código Penal evita que el acusado sea puesto en libertad.
Panorámica de Ramón y Cajal pocos minutos después de que se cometiera el atentado.
El vil asesinato del Comandante Cortizo a manos de ETA la mañana del 22 de diciembre de 1995 prescribirá en el año entrante de acuerdo a la legislación vigente (se conceden 20 años de plazo para su esclarecimiento) y por el momento, no consta que haya fecha señalada para la celebración del juicio.
Sergio Polo Escobes, sospechoso de haber sido el autor del atentado que acabó con la vida del comandante y dejó gravemente herida a su hija, permanece en prisión desde que fue detenido en marzo de 1999, cuatro años después. Sin embargo, la falta de pruebas concluyentes ha impedido la apertura de juicio oral.
El suyo es uno de los 197 crímenes de la banda terrorista que todavía está por esclarecer y que no ha sido juzgado aún.
No obstante, la legislación vigente establece, a través del artículo 131 del Código Penal, una salvedad. «Los delitos de lesa humanidad y de genocidio y los delitos contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado, salvo los castigados en el artículo 614, no prescribirán en ningún caso. Tampoco prescribirán los delitos de terrorismo, si hubieren causado la muerte de una persona».
Fuentes consultadas por este periódico establecen que ese limbo legal es el que ampara la situación existente. No es posible juzgar a Polo Escobes, porque no hay pruebas bastantes para ordenar que se le juzgue, pero tampoco hay prisa en encontrar una solución porque el crimen no prescribirá nunca al incardinarse en el tipo legal de causa terrorista. El tiempo puede seguir pasando indefinidamente a no ser que los letrados de Polo Escobes contraataquen de alguna forma, buscando alguna otra argucia.
El pasado fin de semana, se entregó al gobierno vasco un informe en el que se fija en 197 casos el número de atentados de ETA que no tienen sentencia esclarecedora de momento. La Audiencia Nacional considera que son 200 y un informe de las víctimas lo eleva a 314. En cualquiera de los casos, al menos uno de ellos es el que ocurrió en la calle Ramón y Cajal durante el sorteo de la Lotería de Navidad de 1995.