No quiso perderse el partido de baloncesto de su hija
Después de 43 días en prisión, Marcos Martínez Barazón no quiere perderse ningún momento con su familia. El primer día en libertad, nada más levantarse, acompañó a sus dos hijos al colegio, tuvo tiempo para hacer deporte y realizar tareas cotidianas, además de despachar con su abogado. Ayer, como solía hacer los fines de semana antes de que la operación Púnica le llevara a la cárcel, asistió al partido de baloncesto de su hija en el centro escolar al que acude. Allí muchos padres le dieron la bienvenida y le transmitieron sus ánimos para seguir adelante. «Hoy por la calle mucha gente me ha parado para preguntarme cómo estoy y decirme que me apoyan; estoy muy agradecido por el cariño que estoy recibiendo», aseguraba emocionado.