Diario de León

Las agresiones de hijos a padres y abuelos crecen de forma alarmante

La labor de la Policía Local en casos de violencia doméstica suma 98 intervenciones en el último año, un 30% más que en 2009, sobre todo por actuaciones con menores de edad .

Los agentes de la Policía Local registran un caso de violencia doméstica casi cada tres días.

Los agentes de la Policía Local registran un caso de violencia doméstica casi cada tres días.

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álvaro caballero | león
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Cuando llaman «es que ya no pueden más». «¿Cómo tendrán que verse para denunciar a sus propios hijos y nietos?», se pregunta el intendente jefe de la Policía Local, Martín Muñoz, mientras repasa la estadística de intervenciones de violencia doméstica en el último año: mes a mes, «casi uno cada tres días», hasta sumar 98 casos a finales de diciembre. «Son un 30% más de los que había apenas hace cinco años», calcula el responsable del cuerpo municipal. «Es una violencia soterrada, que en la mayoría de los casos nunca sale del ámbito del hogar y que evoluciona en espiral: primero con faltas de respeto, después con insultos y que termina en agresiones e incluso robos», detalla. No es una teoría. Se ve en el resumen de atestados, sin nombre ni apellidos, en el que se habla de menores que amenazan «a sus padres y abuelos», de hijos que tienen «atemorizada a su madre, que no se atreve a abrir la puerta porque la desvalijan la casa para encontrar dinero con el comprar droga», de «niñas de 14 años que, ante la negativa a que las dejan salir de casa para irse con novios mayores de edad, son capaces de tirarles a sus padres lo primero que tienen a mano y escapar». «Llegamos al domicilio requeridos por una mujer que dice que su hija la ha agredido momentos antes y amenazado de muerte, mientras la arrojaba a la chimenea ropa y enseres», cita uno de los expedientes almacenados en las mesas de las unidades de Seguridad Ciudadana, Brigada Especial, el Grupo de Atención a la Mujer y el Grupo Paidos de intervención con menores.

No son anécdotas. Forman ya una problemática localizada que no se estanca tan sólo en perfiles de riesgo de exclusión, enfermedades psiquiátricas o toxicomanías, sino que abarca en la actualidad a todas las capas sociales. Una mancha que en los últimos años ha crecido si cabe más por «el aumento de la edad de los padres, porque llega un momento en el que no pueden con los hijos», y que se localiza «sobre todo en el caso de las mujeres, a las que controlan por completo físicamente», señala el concejal responsable de la Policía Local, Ricardo Gavilanes, quien insiste en que «los ciudadanos deben saber que pueden llamar siempre que lo necesiten porque los agentes están ahí para ayudarlos». «Su hijo la viene maltratando de forma habitual desde hace tiempo», se lee en uno de los casos. «Llegó al domicilio de manera violenta y agresiva, empezando a arrojar enseres por la ventana a la vía pública y, en un momento dado, agarró a su madre por el cuello, intercediendo el padre para apartarle, al que agredió igualmente», recoge otro de los atestados del último año.

Cada vez son más frecuentes los casos en los que el agredido es uno de los abuelos. Por desaparición de los padres o dejación de responsabilidades, ya jubilados, se ven obligados a llevar la educación de los menores. Son incidentes «aún más graves si cabe, puesto que queda en evidencia que no pueden con ellos, ni física ni psicológicamente», apunta el jefe de la Policía Local, quien reseña que se dan intervenciones en las que «los nietos les han robado cosas de la casa para venderlas para comprar droga». «Alerta de que sus nietos tienen un comportamiento insoportable, la profieren insultos y mantienen una actitud agresiva continuamente con ella, con faltas de respeto continuas», reseña un atestado. «Le lanzó su nieto una mesa y la impactaron cristales de la puerta del salón después de que lo rompiera con el puño», apuntan los agentes del cuerpo municipal en una de sus intervenciones. «Amenaza a su madre y a su abuela con golpearlas con un cenicero, con quemarlas la casa y con tirarlas por la ventana», incide otro de los relatos de hechos plasmados por los agentes del cuerpo municipal en una de sus intervenciones.

Los menores entran en estos relatos como agresores en un alto porcentaje de las intervenciones de la Policía Local de León, controlados por el grupo de intervención Paidos. No hay listones. En la lista aparecen niños de 11 años, conocidos de los agentes por otros casos, que se van de casa después de discutir con la madre, pero sobre todo adolescentes que entran en barrena sin control alguno y terminan por ocasionar incidentes graves. «Ante la negativa a dejarla salir del domicilio, la menor, de 14 años, insultó a su madre y la arrojó una bicicleta», señala uno de los partes de incidencias de los policías locales del departamento especializado del cuerpo municipal. «Su hijo se ausenta habitualmente sin motivo durante varios días de casa, no asiste al colegio y consume marihuana con frecuencia, sospecha que pudiera traficar con dicha sustancia, no respeta las normas de convivencia y de manera habitual desarrolla conductas agresivas hacia los demás miembros de la unidad familiar, provocando riñas y peleas», detalla de manera exhaustiva uno de los atestados del último año.

Entonces es cuando llaman, aunque buena parte de los avisos de intervención de violencia doméstica se salda sin denuncia, después de que se les informe a los alertantes de sus derechos. Aunque también hay casos que terminan incluso con órdenes de alejamiento y padres y abuelos que van un paso más allá y piden a la Junta que se haga con la tutela de los menores. No pueden más.

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