Juguetes para despertar en Reyes
Melchor, Gaspar y Baltasar y sus pajes finalizan el reparto de regalos en la noche más especial del año y abren un día cargado de ilusión y sorpresas para los niños .
La emoción acompaña la apertura de los regalos.
Ventanas entreabiertas pese a las gélidas temperaturas del amanecer de León. Galletas mordisqueadas en el plato y vasos de leche casi acabados. Los cubos de agua para los camellos y su comida esparcida por el suelo. Las zapatillas al pie del árbol de Navidad, el belén, la puerta... Todo el ritual preparado para recibir a los Reyes Magos les ayudó a repartir juguetes durante la noche en toda la provincia. Al despertarse, los más pequeños de la casa pudieron comprobar cómo los tentempiés preparados fueron muy agradecidos por Melchor, Gaspar, Baltasar, los pajes y los camellos. Y estalló la locura, en pijama, descalzos, casi sin abrir aún los ojos gritos y exclamaciones de sorpresa ante los regalos que habían dejado desde Oriente sus majestades.
Nervios al retirar los bonitos papeles que recubrían sus juguetes y los padres atentos a sus miradas de ilusión... «¡Si esto no me lo había pedido!». Más sorpresas no expresadas en la carta enviada a los Reyes. Lo primero es probar todo, a la vez, pedir a los progenitores que monten con ellos estructuras, vistan muñecas, armen puzzles, disparen con láser, estrenen un videojuego, lean cuentos, pinten ilustraciones y, sobre todo, les presten atención: el día de Reyes es su día, ellos reinan en la casa y su ilusión lo inunda todo.
Entre los regalos, los clásicos (bicicletas, patines, balones, equipaciones deportivas, muñecas, coches, camiones..) y también las nuevas tecnologías, que cada año pegan más fuerte: videoconsolas, tabletas, máquinas de bolsillo para jugar a los videojuegos, el primer móvil...
La princesa Sofía y los personajes de Frozen triunfaron, también Pepa Pig y sus aventuras y los entrañables Pin y Pon. Los legos, los Playmobil, los juegos de mesa y el scalextric no pasan de moda. Y aunque ayer en la capital la niebla no dio un respiro, los más osados se lanzaron a la calle para probar coches teledirigidos, bicicletas, los nuevos balones y las pistolas láser. No faltaron los juegos educativos, puzzles, colecciones de cuentos, películas de dibujos animados y lápices de colores.