CASO CARRASCO
Los compañeros descartan que Gago vigilara a Carrasco estando de servicio
El policía nacional al que llamó la agente reitera su declaración sobre el bolso y el arma.
El abogado del Raquel Gago, en el centro, junto a los policías que declararon como testigos.
No notaron ninguna conducta extraña en la policía local, Raquel Gago, mientras trabajaron con ella en distintos servicios durante la Semana Santa, días previos al asesinato de Isabel Carrasco. Eso es lo que declararon ayer a la jueza los dos policías locales que la defensa de Gago llamó como testigos para demostrar que la acusada «no tiene nada que ver con el crimen, se acobarda en situaciones de tensión o actúa de forma secundaria y no toma iniciativas», según explicó su abogado, Fermín Guerrero.
Los dos policías —uno de ellos trabajó en varios servicios con Raquel Gago—apenas estuvieron ante la jueza quince minutos. Antes, la magistrada volvió a interrogar al policía nacional al que Raquel Gago llamó para comunicarle que había encontrado la pistola del crimen en su vehículo. La jueza insistió en conocer detalles sobre la colocación en el coche y el tamaño del bolso que contenía el arma con el que se cometió el crimen. El agente ratificó de nuevo ante la jueza la versión que ya había prestado en sus anteriores comparecencias. Mantuvo que no hubo nada anómalo en su comportamiento y significó que todo ocurrió en los términos en los que ya se había explicado.
Señaló que recibió la llamada de Raquel sobre las siete y media de la tarde del día siguiente al crimen, pero que inicialmente no relacionó con el caso el motivo de la llamada: «Sólo me dijo que tenía un problema importante y que fuera al garaje de su casa». Cuando llegó, encontró el bolso en la parte posterior del asiento del copiloto, empapado de agua «porque al parecer se habían roto unas garrafas que traían».
El agente escuchó el relato de la policía municipal, de acuerdo al cual le había prestado el bolso hacía dos meses a Triana. Señaló que había estado tomando café con la hija en las horas previas al crimen (no recordó el policía nacional si había dicho que con su madre también) y que después de despedirse de ellas había ido a una clase de manualidades. Reconoció que estando con el controlador de la ORA había recibido una llamada que se había cortado y que poco después llegó Triana que le dijo que iba a la tienda a por fruta y que tenía el coche abierto.
De acuerdo a la versión del policía nacional interrogado ayer, Gago insistió en que no sabía por qué había silenciado su encuentro con Triana y «sólo lloraba todo el rato».
A lo largo de esta semana declararán más agentes de la Policía Local compañeros de Gago.