Sólo 49 de los casi 2.700 contratos de formación se convirtieron en indefinidos

Fue una de las fórmulas a las que la reforma laboral de principios de 2012 confió la integración en el mercado de trabajo de jóvenes sin experiencia, pero al final se ha convertido en un sistema de contratación ventajoso para los empresarios que, al menos en el caso de la provincia de León, ha tenido muy poca repercusión en lo que a generación de empleo indefinido se refiere. Desde la entrada en vigor de esta reforma se han firmado en la provincia 2.680 contratos de formación, a falta de los datos del pasdo mes de diciembre. Sin embargo, en los dos últimos años únicamente 49 de esos contratos se han transformado en indefinidios, según las fórmulas de estímulo recogidas en la reforma. Es decir, menos del 2% de estos contratos.

Los contratos de formación convertidos en indefinidos son también menos del 2% de todas las fórmulas de contratación que se acogen a esta transformación, según los datos del Servicio Público de Empleo.

Los contratos para la formación y el aprendizaje tienen como objetivo cualificar profesionalmente a los trabajadores ofreciendo empleo retribuido y educación en una empresa. Pueden acogerse a este tipo de fórmula los jóvenes de entre 16 y 25 años, aunque la reforma laboral los extendió hasta los 30 años hasta que la tasa de paro sea inferior al 15%.

De uno a tres años

La duración mínima de estos contratos ha de ser de un año, y como máximo pueden extenderse a tres ejercicios. A cambio, las empresas ven reducidas en un cien por cien las cuotas a la Seguridad Social (si tienen más de 250 empleados la reducción es del 75%).

Según el informe del impacto de la reforma laboral elaborado por el Ministerio de Empleo, se registró un «fuerte incremento» de los contratos de formación y aprendizaje, tras una «profunda reforma». Lo define como «un tipo de contrato de gran relevancia para facilitar la transición entre estudios y vida laboral, y para facilitar el retorno a la educación de los jóvenes que «abandonaron prematuramente los estudios durante la época de bonanza, de forma que puedan adquirir nuevas habilidades que incrementen su empleabilidad».

El contrato de formación pretende volcarse en los jóvenes que no han terminado sus estudios obligatorios y está sin empleo, lo que «limita» sus posibilidades. Por eso estos contratos se han realizado especialmente a jóvenes «con muy baja formación, sin estudios o con estudios primarios».

El informe destaca la pretensión de la reforma laboral de «fomentar la contratación indefinida de forma sistemática».