León paga 1,05 euros por cada billete de bus tras perder un millón de viajeros

El viaje del transporte urbano de León tiene trayectoria descendente: cuesta abajo es la cifra el déficit anual, que ha pasado de los 6.325.000 euros de euros que había en 2011 a los 4.205.000 euros, pero también se despeña el número de viajeros que cada ejercicio usa los buses rojos, desde los 5.040.088 que se contabilizaban hace tres años hasta los apenas 3.997.770 euros. Un confluencia de factores que hace que, a pesar de que la factura para las arcas se haya reducido en 2.120.000 euros, el coste por usuario que tiene que asumir la administración se mantenga en unos parámetros similares: antes, los ciudadanos pagaban 0,90 euros por cada billete y el Ayuntamiento tenía que poner otros 1,15 euros; mientras que ahora, los personas que se suben a los vehículos desembolsan 1,20 euros y la institución pública salda el desfase con 1,05 euros.

En el tránsito que va desde el inicio del mandato hasta ahora, el transporte urbano del Ayuntamiento de León se ha visto afectado de lleno por las medidas del plan de ajuste. El servicio quedó fijado como uno de los frentes en los que basar el ahorro del gasto corriente de la administración municipal, mediante el aumento de los ingresos asociados y la bajada de los costes. El primero de los factores se resolvió con la subida del precio de los billetes, que a partir del 1 de enero de 2013 pasaron de una tacada de 0,95 a 1,20 euros: una decisión con la que se quedaron por el camino un millón de usuarios y que apenas reportó 200.000 euros más para cerrar una caja total de 2,9 millones; la misma que hubo en 2011, cuando el billete era 0,25 euros más barato pero se subían a los buses rojos 5 millones de viajeros.

No hubo ningún otro aumento de los ingresos los ingresos y la única ayuda de financiación de los 295.000 euros que aporta el Ministerio de Fomento. El resto de la rebaja del déficit se contabilizó por la vía de la merma de los gastos, que se conjugó a partir de la entrada de varias decisiones adoptadas por la Concejalía de Transportes y Movilidad, dirigida por Ricardo Gavilanes. Los recortes empezaron por eliminar la línea 14, que unía el Ejido con la estación por medio del bus eléctrico que cruzaba la calle Ancha, y reorganizar los otros 13 recorridos, con lo que se consiguió arañar 333.567 euros, al tiempo que el 3% de aumento de servicios aportaba 228.386 euros. En paralelo a esta decisión, el departamento de Gavilanes logró rebajar 616.000 euros con una simple operación de cambio los billetes, que previa consulta a Hacienda pasaron a ser emitidos por la concesionaria Alesa, perteneciente a Alsa, en lugar de que lo hiciera el consistorio, lo que permitió que se ahorrara el IVA.

En la renegociación se aprovechó para aumentar el plazo de amortización de los autobuses, con la que se bajó otros 335.000 euros la factura al ampliar de 10 a 14 años el plazo en el que la empresa tiene que cambiar los vehículos. Para rematar la resta, se aprovechó la revisión de los precios unitarios del contrato, gracias a la bajada de los carburantes y otros factores, que hicieron que más de 400.000 euros.

Gráfico:

Cifras del bus urbano de León