Diario de León

Veteranía y juventud

Aladino Fernández y Paula González, de 68 y 25 años, representan los extremos de edad en la plantilla docente

Paula González y Aladino Fernández, los profesores más joven y más veterano

Paula González y Aladino Fernández, los profesores más joven y más veterano

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A. CALVO | LEÓN
León

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Les separan 43 años de edad, pero les une la profunda vocación que tienen por la enseñanza y los niños. Aladino Fernández tiene 68 años y actualmente es el director del Colegio San Claudio de León, a sus espaldas ya hay 48 años de docencia. Frente a él, la joven Paula González, que empezó su andadura en el mundo educativo en el 2010, ahora tan sólo tiene 25 años y aún es interina en el colegio de Villadangos del Páramo. Ellos son el maestro más veterano y la maestra más joven de la provincia. A pesar de la distancia generacional, sus ideas son muy próximas en cuanto a la educación.

«Hace 30 años no había tantos medios ni tanta relación con los niños», recuerda Aladino en relación a la «imposición y el sistema dictatorial» de aquella época. Paula y él coinciden en que la sociedad «ha perdido el respeto al profesor», pero apuestan por trabajar con los pequeños en valores y en situaciones prácticas y útiles para su vida. Aunque les separan muchos, ambos coinciden en que las nuevas tecnologías deben ser un apoyo en la enseñanza y no absorber todo el proceso educativo. Inciden, sobre todo, en que la Administración «pone los medios, pero el mantenimiento no, y muchas veces cuando recurres a ellos no funcionan, con lo que no puedes depender de ellas», explica Paula, mientras los dos valoran las pizarras digitales y reclaman más recursos a la Administración y más autonomía para los centros.

Aladino ha pasado por siete centros como profesor y Paula, que a pesar de conseguir un nueve en las dos oposiciones a las que se ha presentado aún no ha conseguido una plaza fija, ya lleva la misma cantidad en tan sólo cuatro años. Pero para los dos lo importante es su profesión y el trabajo con los pequeños. «Me gustaría que cada uno de mis alumnos llegue a ser lo que quiera ser en la vida y a mí me recuerde con cariño», explica la joven. Aladino, que ha dado clase a generaciones y generaciones de leoneses de toda la provincia, le ha pasado ya un caso singular: «Ahora tengo en el San Claudio a tres hijos de un alumno al que yo di clase. Es ingeniero y es para mí toda una satisfacción».

Los dos ya han perdido el miedo a los alumnos, el respeto con el que se enfrentaron al primer día en el aula. A ella aún le quedan muchas clases que dar, mucho inglés que enseñar. Aladino no sabe aún cuándo se retirará, se plantea que le quedan dos años para acabar el mandato como director y ver cumplido su sueño de la implantación del alemán en su centro. Los pupitres son su mundo y tras ellos, el futuro de la provincia.

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