El robo de bicicletas se dispara en León con cuatro casos cada semana

Los amigos de lo ajeno hacen su particular agosto en la provincia a costa de las dos ruedas. Sólo el pasado año la Policía Nacional registró 288 denuncias por robo de bicicletas, de las que 220 se presentaron en la capital. Una cifra que «se dispara» si se tiene en cuenta que no todos los ciudadanos afectados realizan finalmente una reclamación en firme ante las autoridades competentes, aseguran fuentes policiales. Cada vez más asociaciones de ciclistas critican este delito «que va en aumento» e incluso surgen iniciativas en las redes sociales para que los leoneses expongan allí su caso.

Una de las herramientas virtuales diseñadas para que los leoneses denuncien el robo de su bicicleta es la web www.bicirobadaleon.tk y sobre todo su versión en Facebook, que después de tres años en funcionamiento roza el millar de seguidores. De gestionarla se encarga Luis Gonzaga, quien asegura que, según las denuncias recibidas en la página, el pasado año se robaron una media de entre dos y tres bicicletas por semana en León. «Y la tendencia se mantiene en lo que va de 2015», añade.

Pese a que algunas se recuperan, la mayor parte acaban en tiendas de segunda mano, despiezadas, en portales de venta online e incluso en mercadillos.

La crisis económica y la proliferación de tramos de carril bici han disparado el uso de este medio de transporte en la ciudad en los últimos años. Pero no todos los propietarios son conscientes de lo fácil que resulta robar una bicicleta. Desde asociaciones como Bicicrítica o León en Bici recomiendan a los usuarios invertir en buenas medidas de seguridad.

José Luis González, presidente de León en Bici, asegura que la mayor parte de los hurtos podrían evitarse si se emplearan buenos candados. «Los mejores son los que tienen forma de U porque bloquean el cuadro y la rueda de atrás al mismo tiempo. Son más caros que los corrientes (una media de 20 euros los de U por entre 3 y 5 euros los normales) pero sin duda más efectivos». A ese candado «habría que unirle otros dos; uno en la rueda delantera y otro más en el sillín», remarca.

González aboga también por «buscar un buen punto para candar la bicicleta» y no fiarse en ningún caso de «árboles y farolas».

«Dejadez»

Lo importante —insiste— es «no ponerle las cosas fáciles a los ladrones». Pero aunque desde esta asociación de ciclismo urbano advierten a los ciudadanos sobre la importancia de proteger bien sus bicicletas cuando las aparcan en el exterior, denuncian cierta «dejadez» por parte del Ayuntamiento en cuanto a las políticas de seguridad. «Los aparcabicis de la ciudad, además de escasos, no son todo lo seguros que deberían», se quejan.

Uno de los focos donde más robos de bicicletas se producen de la capital es la Universidad. «El campus está desprotegido y las cámaras de seguridad o no funcionan, o sirven de poco como elemento disuasorio». Institutos, instalaciones deportivas y parques públicos son otros de los puntos calientes preferidos por los cacos.