La obesidad impide dormir a 20.000 leoneses que sufren apnea del sueño

El sueño incrementa seis veces el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Y si además los afectados ingieren alcohol las posibilidades se multiplican por once. Es la cara visible de la apnea del sueño, una enfermedad que padecen 20.000 personas en León y que tiene como causa principal la obesidad.

Los síntomas son el riesgo de la enfermedad. Somnolencia diurna, falta de concentración, apatía, disminución de la líbido y alteración del carácter son las consecuencias más evidentes de esta alteración del sueño. «La incidencia está creciendo mucho debido a que la obesidad aumenta cada vez más», explica el responsable de la unidad del sueño del servicio de Neumología del Hospital de León, José Enrique Gavela.

El servicio atiende cada año a 400 personas con apnea de sueño, un trastorno que provoca una o más pausas en la respiración mientras se duerme. El 30% necesita tratamiento porque no reciben suficiente oxígeno.

Estudio vigilado

El diagnóstico se hace con el estudio vigilado del sueño por poligrafía cardiorespiratoria. Cada noche duermen en la unidad de León dos personas, a los que se les coloca un sistema llamado polígrafo respiratorio que, seguido por un ordenador, detecta las pausas respiratorias que se producen, así como el grado de oxigenación de la sangre, la frecuencia cardiaca y respiratoria, y las alteraciones en el cardiograma.

Además de los diagnósticos en el Hospital, la unidad realiza una media de 6 estudios al mes en el domicilio del paciente «y la tendencia es que los métodos sean cada vez más sencillos y fiables».

Los pacientes que llegan a la unidad del sueño son derivados a los especialistas por los médicos de los centros de salud. A las personas afectadas resulta difícil bajar la hipertensión, otra de las consecuencias de no dormir bien. La apnea del suelo es ya la principal causa conocida de la tensión alta. «Hace unos años era la cuarta causa, pero ahora ha avanzado posiciones».

Y las complicaciones no acaban ahí. Alteraciones cardiovasculares, artereosclerosis, arritmias y accidentes cerebrovasculares se suman a la lista dificultades para la salud que tiene no poder dormir bien.

El tratamiento adecuado disminuye todos los síntomas de una dolencia que padecen el 4% de los hombres y el 3% de las mujeres.

El perfil

El perfil de personas candidata a padecer esta enfermedad son los hombres de mediana edad, con sobrepeso y, en segundo lugar, fumador, consumidor de alcohol y dormir boca arriba. Las personas que padecen apnea e sueño tienen el cuello ancho y roncan cuando duermen. Aunque hasta hace pocos años la incidencia era mayor en hombres que en mujeres «ahora se está igualando y casi estamos empatados».

Tres de cada diez afectados necesita un tratamiento con un equipo Cpap que ofrece una presión continua en la vía aérea. Es un aparato que bombea aire que se coloca en la boca y la nariz del paciente. «Se prescribe cuando la apnea es severa. El 99% de las personas que lo usan resuelven todos sus síntomas», asegura Gavela, «es un tratamiento muy eficaz. Cura».