Diario de León

PERSONAS DISCAPACITADAS

«Me preparo para una vida independiente y no tengo ningún miedo»

Amidown pone en marcha el primer proyecto para la plena autonomía con la selección de los once primeros candidatos.

Una de las aulas en la que los jóvenes de Amidow se preparan para el mercado laboral.

Una de las aulas en la que los jóvenes de Amidow se preparan para el mercado laboral.

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Carmen Tapia | león
León

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Once adolescentes con discapacidad intelectual se preparan en las aulas de Amidown para vivir solos. Sos las primeras personas elegidas entre las 62 que asisten a las aulas del centro en León. La asociación tiene en fase de sensibilización y valoración el primer proyecto de vida independiente. «No se trata de un piso tutelado sino de una casa en la que las personas con discapacidad intelectural, la mayoría con síndrome de Down, convivan con máxima independencia», explican los responsables de la asociación. El objetivo es que a finales de este año las personas seleccionadas puedan iniciar progresivamente una vida autónoma, en un piso independiente.

Amidown se suma hoy a los actos del Día Mundial del Síndrome de Down con dos días de actividades en el polideportivo Margatira Ramos. El lema de este año es La vida no va de cromosomas.

Chicos y chicas aprenden a hacer la compra, prepararse la comida, lavar su ropa y hacer el resto de tareas del hogar. En paralelo, la formación de educación básica les ofrece herramientas laborales para desarrollar un puesto de trabajo supervisado en empresas.

«Voy a probar la vida independiente y no tengo ningún miedo». Andrea Herreno Orellana levanta asertiva la voz en el aula. Andrea tiene 18 años. Acudirá a votar en los próximos comicios, como la mayoría de los que están en el aula esta mañana. Tienen claro lo que quieren. «Un empleo adaptado a nuestra capacidad», reclama Silvia García García con la aprobación de sus compañeros. «Nos gustaría ver en el gobierno a alguna persona con discapacidad que vele por nosotros y pelee por nuestos intereses», incide Ignacio González, de 21 años. «Todos somos iguales aunque seamos diferentes. Queremos sentirnos iguales en el trabajo y con una vida normal como el resto de las personas». Silvia tiene 30 años y cuatro de experiencia laboral. Trabajó durante como auxiliar administrativo en el Ayuntamiento de Villaquilambre. «Me quedé en paro por la crisis hace dos años. Ahora tenemos más dificultades». Andrea sabe de lo que habla. Padece una enfermedad rara degenerativa. «Ahora hago prácticas en Cruz Roja».

El aula está llena de ilusiones de futuras médicas, actores, secretarias, bomberos, modelos, peluqueros y policías nacionales. Para conseguir sus objetivos quieren la inclusión y recuerdan el caso de Rubén Calleja, el niño con síndrome de Down «al que no dejan ir a un colegio con el resto de los niños de su edad».

«Merecen ir a colegios ordinarios», recuerdan sus profesores. «A veces se sienten solos porque la relación con los niños que no tienen síndrome de down no es fácil, hay poca relación».

El Día Mundial es una jornada para la reflexión. «Queremos trabajar, ganar dinero y ser autónomos. Queremos dar ese paso, pero no es fácil». Ni para ellos ni para sus familias.

El programa contempla una fase de sensibilización de las familias. «Nos encontramos con el miedo de los padres». Pero el proceso de adaptación comienza desde el nacimiento. «Hay que prepararlos desde la edad temprana y vencer los miedos de los padres porque los objetivos están acordes con las individualidades de cada persona».

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