Los trabajadores de Everest plantean una cooperativa para mantener el empleo

La deuda de siete nóminas que arrastran los trabajadores de la editorial Everest tiene ya a buen número de familias en una situación límite; hasta el punto de que dos de ellas están amenazadas de desahucio. Mientras, el concurso de acreedores en que se encuentra sumida la empresa no acaba de resultar claro a la plantilla. Una situación que se alarga en el tiempo (llevan ya dos meses de huelga) y que ha llevado al comité de empresa a plantear de nuevo la posibilidad de constituir una cooperativa de trabajadores, de forma que pueda retomarse la actividad en la planta y con ella no sólo se luche por la viabilidad del grupo, sino que puedan volver a percibir un salario.

El comité de empresa de Everest manifestó ayer la situación crítica de la compañía y de las familias que dependen de ella al coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, que visitó León. Su presidente, Enrique Reguero, explicó a los responsables de la coalición el sistema de caja de resistencia puesto en marcha hace ya semanas para atender las necesidades más urgentes de los trabajadores. Y destacó que varios han acudido ya a este fondo para pagar recibos o para poder comprar comida.

Auto judicial

Por lo que se refiere al auto judicial del concurso de acreedores que afecta a las empresas del grupo, que ya ha sido puesto en conocimiento del comité, Reguero destacó que aún no está claro si se considera a Everest como una sola empresa o como un grupo. En el primer caso sería más fácil resolver la situación en el caso de que se encontrara un comprador, una opción que se lleva barajando desde el principio del conflicto pero que no ha llegado a concretarse.

En todo caso, insistió, existe la posibilidad de que los trabajadores creen una cooperativa con la que mantener la actividad.

De momento la preocupación del comité de empresa se centra también en conocer los detalles del expediente de regulación de empleo que se contempla en el auto judicial, pero que aún no se ha especificado si será de extinción de los empleos, de suspensión o de liquidación de la empresa. A estas alturas la plantilla teme que la intención sea deshacerse de todos los trabajadores.

Enrique Reguero también apuntó que la mayor parte de los inmuebles del grupo están a nombre de Everest de Comunicación y Everhouse, dos pequeñas sociedades con las que se realizan operaciones de pagos de rentas. Denunció además que las operaciones entre estas sociedades, donde están los propietarios, «están al día», mientras los demás no cobran.