León da rostro a la ayuda al desarrollo

El Ayuntamiento de León no dedica más que tres mil euros a la ayuda al desarrollo, una cifra irrisoria al lado del Ayuntamiento de Ponferrada, que reservó 75.000 euros de su presupuesto, o el de Burgos, con 450.000 euros para proyectos de ayuda al desarrollo.

Pero León es una provincia generosa en cooperantes. Y reconocida. La médica y cooperante leonesa Manuela Cabero es una de las 19 personas elegidas por la Oficina de información del Parlamento Europeo en España y la Representación de la Comisión Europea en España para la campaña a través de la cual «19 ciudadanos ponen cara a la ayuda al desarrollo». Uno por comunidad y ciudad autónoma.

Son personas que han participado activamente en proyectos de desarrollo más allá de las fronteras de la UE. El cartel con todos los rostros cubrirá la fachada de las Instituciones Europeas en Madrid en el Paseo de la Castellana durante la duración del año.

Los rostros provienen de una variedad de campos, incluyendo geólogos, arquitectos, médicos, educadores entre otros. Manuela Cabero representa a Castilla-La Mancha, pues reside en Toledo desde hace años, aunque ella siempre hace gala de su origen leonés como queda patente en su presentación como cooperante europea: «Manuela nació en 1947 en San Cristóbal de la Polantera, en León, y ahora reside en Toledo. Es licenciada en Medicina y Cirugía, especialista en Anestesiología y Reanimación y tiene un Máster en Bioética».

Durante 20 años Manuela ha recorrido medio mundo, colaborando en proyectos con distintas organizaciones no gubernamentales y dando ponencias sobre la cooperación en el ámbito sanitario.

Con Médicos del Mundo estuvo en Mostar (Bosnia-Herzegovina) trabajando en el hospital de Velmos;en Irak, en el hospital Al Khar deBagdad, y en El Salvador, atendiendo a las víctimas de un seísmo en el hospital de Santa Rosa.

Posteriormente viajó a Kosovo con Cruz Roja, donde implantó un programa de salud en Pëjey en los centros sanitarios adyacentes a esta ciudad. Asimismo, en 2008 colaboró en el programa de asistencia quirúrgica con la oenegé Yaarama, en Senegal.

Incansable en su lucha por ayudar a los demás, la cooperante leonesa se desplazó en 2014 a Sierra Leona, uno de los puntos calientes de la epidemia de ébola, donde ayudó a poner en marcha el centro de tratamiento de Ébola de Cruz Roja en Kenema y atendió a muchas personas que sufrían esta devastadora enfermedad. En 2015, regresó para seguir tratando a pacientes con el virus.

«Nuestro mundo, nuestra dignidad, nuestro futuro» es el lema del Año Europeo del Desarrollo que se difunde también a través de concursos en las redes sociales Facebook y Twitter (#AccciónInspiración) y quiere «transmitir a la opinión pública la importancia y necesidad de la cooperación europea al desarrollo sostenible, haciendo hincapié en que la ayuda al desarrollo nos beneficia a todos, y que en ella está en juego «nuestro mundo, nuestra dignidad, nuestro futuro».