El baile del Crucifijo
Fue un día de mucho trajín, también para el Cristo que presidió el pleno de constitución de la nueva corporación, que los concejales pidieron apartar o colocar en primer plano según su ideología religiosa
El Crucifijo ante el que juraron los concejales del PP, Ciudadanos, Sendino, Diez y Copete y que el resto ordenaron retirar
De quita y pon. Encima de la mesa y apartado. Para un lado y para el otro. Así estuvo el Cristo hoy en el Ayuntamiento de León. De baile.
Sucedió en la sesión de investidura del nuevo alcalde de la ciudad. Fue durante el pleno en el que la nueva corporación tomaba posesión de sus escaños de concejales en el salón del edificio de San Marcelo.
El orden de juramento o promesa de los ediles no lo decidió ni el número de votos en las urnas ni el orden alfabético, recurso tan utilizado en este país. Lo notificó la Junta Electoral, que manda a las corporaciones la lista de concejales con la enumeración y lugar que ocupan cada uno. La ideología de cada cual hizo el resto.
Así que el Crucfijo empezó sobre la mesa, en primer plano, para la jura de Silván, Salguero, Margarita Torres, Rajoy y así sucesivamente hasta el décimo de los ediles del PP, y continuó en ese puesto con el líder del PSOE, José Antonio Diez, que pertenece a una familia de católicos practicantes. Pero ahí acabó la estabilidad para el Crucifijo municipal y empezó su traslado. Porque Susana Travesí indicó a la secretaria que retirara la Cruz. Lo hizo un ujier. Volvió para la jura de otro socialista, Luis Miguel García Copete, y lo apartaron de nuevo para los otros concejales del PSOE. Desapareció del primer plano con los dos concejales de León en Común, Victoria Rodríguez y Santiago Ordóñez, que prometieron por la república, el estado federal y laico y por imperativo legal, volvió a su puesto de protagonista a petición del leonesista Eduardo López Sendino, se mantuvo con los cuatro concejales de Ciudadanos y acabó de nuevo apartado por deseo expreso de los dos ediles de León Despierta, la marca de Podemos.
Fue un día de mucho trajín político. También para el Cristo. Y su ujier.