La elaboración de una auditoría genera las primeras discrepancias entre grupos

El Partido Socialista convocó ayer por la tarde a los otros cinco grupos políticos que integrarán la nueva Corporación para tratar varios temas de gestión inmediata. Además de las piscinas, la nueva alcaldesa les trasladó su idea de efectuar una auditoría para conocer «el estado de salud real» del Ayuntamiento, antes de adoptar decisiones de funcionamiento. También se abordó el reparto de despachos y la posibilidad de disponer de personal de confianza, junto con la necesidad de elaborar una Relación de Puestos de Trabajo.

La auditoría generó las primeras diferencias entre los grupos, sobre todo, con IU, que reclama que se efectúe de forma transparente, con el personal de la casa y en un amplio periodo, no sólo de los cuatro últimos años. «Sabemos certeramente que la gravosa deuda municipal lastra cualquier proyecto y aún la supervivencia de los servicios públicos y el empleo municipal». Por ello IU está de acuerdo en que se realice una auditoría de la deuda, como ha propuesto el PSOE, pero solicita que sea «de toda la deuda y una auditoría ciudadanía».

Por su parte, el PP calificó la medida de encargar una auditoría «como la política de la apariencia, ya que quién mejor que Gancedo para conocer de dónde viene la deuda municipal y cómo se generó», indicó el popular Gregorio Chamorro. El ex alcalde considera que los técnicos del Ayuntamiento «bien le pueden decir la realidad del gasto corriente, que se logró un superávit después de veinte años en números rojos; o la situación de la deuda y lo que se ha rebajado».

Gancedo defendió la puesta en marcha de esa auditoría para no tomar soluciones «en el aire o que hipotequen el futuro del Ayuntamiento», y no descarta pedir colaboración a otros organismos.