Los institutos podrán decidir si cambian los libros en los cursos de la Lomce

Los institutos podrán decidir libremente si a partir de septiembre cambian los libros en los cursos en los que arranca la Lomce: primero y tercero de la ESO y primero de Bachillerato. Esta medida contrasta con la implantación de la nueva ley educativa el curso pasado en Primaria, donde se mantuvieron los mismos textos y se facilitó a los maestros la posibilidad de conseguir e intercambiar unidades didácticas a través de Internet para adaptar los contenidos educativos a las exigencias de la Lomce. En el caso de Primaria, para el próximo curso, los centros también podrán cambiar aunque de forma «excepcional» los materiales educativos y, eso sí, previo informe valorativo del Consejo Escolar —en el que participan los padres—, como queda reflejado en la instrucción de final de curso publicada ayer en la que se especifica que debe solicitarse a la Dirección Provincial la petición para modificar los textos.

Reacciones

Desde la Federación Leonesa de Asociaciones de Madres y Padres, su presidenta, Engracia Prieto, destacó que esta medida «desbarata» los bancos de libros que se han organizado en los centros escolares y reclamó que parte del presupuesto del programa Releo (que ronda los 1,7 millones de euros) se destinen a actualizar los libros en los centros que decidan cambiar los textos para seguir ayudando a las familias con necesidades. Prieto exigió «que se amplíen las becas porque ahora los bancos de libros se quedarán desfasados».

Desde Stele, Pedro Escolar reclamó a la Administración que apueste por conceder las ayudas de los libros de texto a los centros para que hagan «un programa de utilización» que permita a todos los estudiantes usar estos textos «en usufructo» como una medida para ayudar a las familias, eliminado las ayudas individualizadas.

«Los centros tienen que tener el material adecuado, pero no se puede implantar una ley a mata caballo y aunque lo importante es poder desarrollar el currículo, los padres son los que tendrán que pagar los nuevos libros y, por tanto, tendrán algo que decir», explicó desde el sindicato Anpe Manuela Díez, quien no entiende por qué en Primaria no se permitió el curso pasado cambiar los libros y ahora en Secundaria sí. Desde Aspes, Manuel Mullor, abogó «por tener en cuenta los intereses tanto de las familias, como de la Administración y los profesores llegando a un equilibrio, para adecuar el material a los contenidos legales pero que no implique un gasto para los padres».