La vieja estación del tren se convertirá en un mercado gourmet con gastrobares
El Gobierno acometerá «de inmediato» la restauración de la histórica marquesina.
La antigua estación de trenes de la capital leonesa se convertirá en breve en una zona de ocio que acogerá gastrobares y espacios gourmet. Para ello el Ministerio de Fomento tiene previsto llevar a cabo «de forma inmediata» la restauración del edificio, especialmente de su histórica marquesina, que ha sufrido un serio deterioro en los años de abandono de la infraestructura. Desde el PP de León aseguran que la obra de recuperación es «relativamente sencilla», y que el departamento que dirige Ana Pastor cuenta con esta inversión en los Presupuestos Generales del Estado para 2016, cuyo proyecto acaba de presentarse.
Aunque no existe ninguna partida individualizada para acometer la rehabilitación dentro de la dotación destinada a este tipo de obras, señalan que el compromiso con la estación leonesa «es firme» y que la actuación se enmarca dentro de la estrategia que está llevando a cabo el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para convertir antiguos edificios ya sin uso ferroviario en espacios destinados a la gastronomía y al ocio. Un programa de puesta en valor de los activos no vinculados a la explotación ferroviaria que pasa también por sacar a subasta estaciones en desuso, viviendas y solares.
El ministerio ya ha llevado a cabo actuaciones similares en otras estaciones históricas, pero que han perdido su uso ferroviario, como por ejemplo las de Valladolid o Cádiz. Es una forma de mantener el patrimonio industrial, y a la vez de obtener recursos a través de la licitación de los servicios que se prestan.
De momento la actuación, que está previsto que se inicie el próximo año, permitirá poner freno al alarmante proceso de deterioro que sufre especialmente la parte exterior de la antigua estación, ya que parte del edificio sigue ocupado por oficinas y servicios del administrador ferroviario. De forma más preocupante, el deterioro por el estado de abandono afecta a la marquesina, que a falta de definir los detalles del proyecto será desmontada en las partes necesarias para su restauración.
La marquesina se instaló en 1870, después de que en agosto de 1863 llegara a la estación el primer tren, procedente de Palencia. El propio Ministerio de Fomento, en su revista sobre las Estaciones de Ferrocarril de España, destaca la «espléndida cubierta metálica sobre los andenes, y las mamparas acristaladas en uno de sus flancos, que pese a los rumores de la época no llevaba el sello de Eiffel».
Afrancesada
Tiene sin embargo un claro estilo afrancesado, como otras tantas realizadas en aquella época por la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Una empresa de capital mayoritariamente francés (a través de Chemins de Fer du Nord) que levantó las principales estaciones de Castilla y León. La participación de ingenieros franceses marcó la inspiración de muchas de ellas, joyas del pasado con un estilo afrancesado que aún conservan.
En el caso de la estación de León, obra del polifacético ingeniero Eduardo Saavedra y Moragas, el estudio de Fomento recuerda que «alumbró un edificio de viajeros suntuoso, y otro de oficinas según el modelo de la compañía, aunque con elementos del secesionismo vienés». A un lado «se disponían talleres importaciones, una estación de clasificación e instalaciones anejas. Y un economato ferroviario que ostentó el récord de facturación de España».
En 1986, aquejada de corrosión y deterioro, la marquesina se desmontó y se amplió su longitud de 60 a 90 metros, hasta cubrir todo el frente del edificio de viajeros. También se instaló otra cubierta en los andenes exteriores. En 1988 se reparó y modernizó la edificación.
La estación vio pasar a miles de viajeros hasta marzo de 2013, cuando la llegada del tren que anunciaba el nuevo tiempo de la alta velocidad trasladó el servicio a la vecina y nueva instalación, y dejó en desuso los antiguos andenes tras casi 150 años de vida.