Los médicos de León destapan 218 casos de violencia de género en un año
La cartera de servicios de Sacyl dispone de un protocolo específico de actuación.
La lucha contra la violencia de género necesita actores vigilantes que no bajen la guardia para la detección de posibles casos, incluso si las mujeres que la sufren intentan ocultar o enmascarar su situación. A las consultas de los médicos de familia y a las urgencias hospitalarias llegan cada año cientos de mujeres con síntomas físicos y psicológicos compatibles con daños producidos por la violencia machista. Golpes que las mujeres intentan hacer pasar por caídas y depresiones y trastornos de ansiedad que esconden situaciones de violencia psicológica.
Médicos y enfermeras del sistema sanitario de León destaparon 218 nuevos casos de violencia de género en las consultas en 2014, casi la cuarta parte de todos los partes emitidos en los ambulatorios y hospitales de toda la Comunidad, una estadística que se incrementa ligeramente cada año desde que la Consejería de Sanidad puso en marcha el servicio de detección de la violencia de género para todas las mujeres mayores de catorce años, que empezó a funcionar a finales de 2008, según fuentes de la Consejería de Sanidad. Los profesionales sanitarios ya trabajaban contra la violencia de género en las consultas con anterioridad aunque desde que existe el protocolo de actuación las denuncias se han duplicado. En los años 2002 y 2003, los médicos de León denunciaron 128 casos. En Castilla y León se emitieron 893 partes de lesiones, 643 en Atención Primaria y 250 en Espacializada.
Sólo en los ambulatorios del área sanitaria de León se destaparon el año pasado 152 casos, un 9% más que en 2013, la mayoría en los centros urbanos.
La sospecha del médico de que detrás de la patología por la que la mujer consulta hay un caso de violencia de género es la primera alerta para activar el sistema. «El protocolo de detección y denuncia está incluido en la cartera de servicios de Sacyl», explica el director médico del área sanitaria de León, José Luis Palomo. «El método de trabajo del médico y la enfermera se basa en preguntas discretas a la paciente. A veces ellas lo reconocen pronto, otras no es tan fácil. Si no lo ve claro, el médico anota en la historia clínica de la paciente su posible sospecha, aunque en ese momento no se pueda hacer nada, pero en la historia aparece como caso sensible, para seguir la evolución en posteriores consultas», explica Palomo.
En muchos casos, la mujer acude al médicos acompañada de su pareja o presunto maltratador. En ese caso es la enfermera la que, si la traslada a otra sala para hacerle pruebas, le pregunta sin la presencia del hombre. «Pensamos que el número de personas atendidas en el sistema sanitario cuyo motivo tiene que ver con la violencia de género es probablemente mayor», según fuentes de Sacyl. Tras la detección del caso se activa el protocolo para presentar la denuncia.