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La CHD cierra el caudal de la Presa del Bernesga «por descontrol» en la gestión
La comunidad de regantes no funciona y Confederación estudia extinguir la concesión.
La Presa del Bernesga, que riega huertas y fincas desde Lorenzana a Grulleros desde hace más de 800 años, está prácticamente seca, después de que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) decidiera hace tres semanas cerrar el suministro que alimenta la presa y dejar sólo el caudal ecológico. El motivo: «el descontrol existente en la comunidad de regantes, que carece de órganos de control y vigilancia desde que el presidente dimitió hace más de un año», señalan.
En la decisión de ‘cerrar’ el grifo influyeron también las protestas y denuncias de vecinos de algunos de los pueblos por donde discurre, especialmente de Lorenzana, que se quejaban de inundaciones por el volumen y la fuerza del agua que llevaba la acequia. El organismo constató que «fincas, naves y edificaciones» del entorno habían sido anegadas, y, ante la falta de respuestas de la entidad de regantes, optó por minimizar el caudal. La CHD estudia incluso extinguir la concesión a esa comunidad a la deriva, que tampoco se encarga de su conservación. No obstante, «si hubiera regantes interesados, querríamos llegar a un acuerdo con ellos para que conserven sus derechos o se hagan cargo de la gestión de forma ordenada», matizan.
Confederación reconoce que el asunto «es delicado», al tratarse de una presa histórica y simbólica, pero que no puede consentirse que el aprovechamiento esté siendo «desigual por parte de alguno de los regantes en activo que sí se benefician en detrimento de otros». La CHD está trabajando en «un plan de actuaciones» para los próximos meses y mirando las opciones de solución que habría, «porque si no se llegaría a la extinción». Reiteran que es una «comunidad sin control, sin nadie que la vigile, con algunos derivando agua en abundancia a sus fincas y muchos que no pagan las cuotas». Como problema añadido, la presa lleva años sufriendo el acoso urbanístico en el alfoz de León y la desidia en los municipios por los que discurren sus 38,5 kilómetros de cauce: Cuadros, Sariegos, San Andrés, León, Onzonilla y Vega de Infanzones. También la merma de su fin principal, el riego de 700 hectáreas en Lorenzana, Sariegos, Azadinos, Villabalter, San Andrés, Trobajo del Camino, Armunia, Trobajo del Cerecedo, Vilecha, Onzonilla y Grulleros. La presa tiene seis metros de anchura de cauce y tres metros de banzo a cada lado para servidumbre y conservación del cauce, que en algunos puntos han sido invadidos por urbanizaciones, como en Trobajo del Camino, ya que los propietarios ven las fincas más como solares que como tierras de labor. Otro de los problemas del cauce histórico es el deficiente aprovechamiento de las aguas, porque al tratarse de un lecho de tierra, el agua que se filtra provoca pérdidas y eleva la capa freática del entorno de la presa.
Viejo proyecto
La comunidad de regantes llegó a manejar un ambicioso proyecto de restauración de 19 millones, que la encauzaría con materiales naturales y crearía paseos laterales. Querían vallarla para evitar accidentes y plantar árboles de hoja caduca cada diez metros para dar sombra a los paseos. Consideraban que al forrarla con lajas de piedra caliza se evitarían las pérdidas de agua y el coste de limpieza, además de recuperar la fauna acuática.