Los frutos de la tierra

Dicen por ahí que de barro se creó al hombre y que quizá, por eso mismo, también puede rejuvenecer e incluso curar alguna dolencia como esguinces.

También dicen por ahí que hubo un tiempo en el que las viviendas poseían paredes construidas a partir de una masa de barro y piedra. Algo de lo que son más que conscientes en el Museo de la Cal de Morón de la Frontera, motivo por el cual se han lanzado a desarrollar el segundo curso-taller de construcción en tierra cruda en Barrillos del Curueño.

El curso, que comenzó ayer y finalizará hoy, está impartido por los maestros Laurent Coquemont, encargado de la reparación de paramentos de barro y Jon Santibañez, que se hará cargo de la construcción con tapial.

Un total de 25 personas se han decidido a participar en esta edición, cinco más que la pasada, y diez se quedaron en lista de espera. Este dato, según explica el director de formación del museo, Manuel Gil, muestra «el interés creciente de la gente en este tipo de construcción perdida que tantos beneficios aporta a la sociedad». Desde el museo consideran que en el momento actual «se hace importante integrar en los estudios académicos algunos aprendizajes que debemos rescatar de nuestros pueblos y entornos», por lo que con esta iniciativa «quieren apoyar la introducción de técnicas para la construcción y rehabilitación del patrimonio en tierra».

La actividad, que en su primera jornada permitió conocer las características y potencial de la tierra como material de construcción, así como la elaboración y aplicación del mortero, avanza en la jornada de hoy con la técnica del tapial, así como un segundo taller de formulación y aplicación de morteros de acabado y pinturas de cal y arcilla.

Ademas, tras la finalización de la parte formativa, los participantes procederán a realizar entre los días 12 y 15 de este mismo mes la rehabilitación de la fachada oeste de La Provisional y el levantamiento de la tapia del tapial, siempre bajo la dirección de los citados profesores.

Miriam Badiola