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«Nos puede la consternación»

Marc y Jean Paul son pareja y huyeron juntos de Camerún por la presión social y policial; ya han conseguido el estatus de refugiado.

Marc y Jean Paul observan con estupor la fotografía del niño sirio Aylan, fallecido en su intento de alcanzar la costa europea.

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A. Calvo | León
León

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Jean Paul y Marc son conscientes de que han tenido mucha suerte. En tres meses han logrado el estatus de refugiado, algo por lo que muchos esperan años y años. Son pareja y huyeron juntos de Camerún hace poco más de seis meses ante la presión social y los avisos de la policía: «La gendarmería nos pilló y nos dieron una paliza. Nos amenazaron directamente con que si nos pillaban una segunda vez acabaríamos en la cárcel o nos matarían», relata Jean Paul, de 35 años, con un español muy fluido con tan sólo cinco meses en España. Los dos echan de menos a sus familias y, sobre todo, sienten incertidumbre por saber qué les pasará. Los dos permanecen en un piso de acogida de Accem León, mientras poco a poco se van integrando en la ciudad y se forman para intentar obtener un empleo.

Con el documento en el que se refleja su estatus de refugiados, están a la búsqueda de un empleo. Uno es carpintero y el otro electricista, y con el dinero «ahorrado en el banco» fueron cogieron aviones hasta llegar a Madrid, donde iniciaron todos los trámites para pedir el asilo.

Viendo la imagen del pequeño Aylan tendido sobre la arena, Marc afirma: «Nos puede la consternación». Y que se siente incapaz de explicar con palabras la «crueldad humana, la poca humanidad».

«Es necesaria la paz y aquí en Europa todo es tranquilo, todo está bien para el ser humano, si todo el mundo estuviera en paz...», deja escapar Marc. «Nosotros no hemos sufrido tanto como los que llegan a Europa por mar», reconoce Jean Paul, tras relatar que escaparon de Camerún en avión para llegar a Benin, de ahí también volando a Nigeria y allí cogieron su último avión a España, después de contarle su historia a un hombre que les asesoró qué hacer. Ellos indican que si no fuera por su situación no hubieran abandonado Camerún y piensan en todos aquellos que no tienen la oportunidad y los medios para emprender el viaje hacia la felicidad.