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El soterramiento del AVE abrirá un gran paseo sin nuevas construcciones

El pasillo entre el Crucero y la marquesina alumbrará un nuevo espacio público.

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A. G. PUENTE / A. CABALLERO | LEÓN
León

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Por donde iba la vía habrá un paseo. Casi medio kilómetro de espacio público, con lucernarias abiertas para dar luz al andén soterrado, que comunicará la estación del tren con el paso a nivel del Crucero para convertirse en testimonio de la integración del ferrocarril ligada a la llegada de la alta velocidad. La senda guía el proyecto técnico de construcción trasladado ya por parte del Ministerio de Fomento al Ayuntamiento de la capital leonesa. Unos planos, definidos por la ingeniería estatal Ineco, en los que se plasma que los 1,2 kilómetros de actuación, desde la altura del Palacio de Deportes hasta la linde con San Andrés, en el entorno de Azorín, se resolverán con el soterramiento de 585 metros: desde la estación provisional hasta justo rebasar el cruce de Doctor Fleming. Nada que ver con el proyecto de 2,6 kilómetros redactado en 2004 y abandonado en 2011. Ni por longitud, ni por financiación: los cerca de 80 millones de euros estimados en un principio los asume el Estado, no el desarrollo urbanístico.

Ahora, no se dibuja un solo edificio en todo el pasillo ferroviario. Los suelos que se liberen en superficie quedan limitados por el momento ante la permanencia de los talleres, que era lo que más metros cuadrados dejaba libres para construir. Será el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) el que decida en un futuro que hacer con las parcelas anejas a la antigua estación. Pero para entonces tendrá que estar ya hecho el soterramiento del tren resuelto a partir de la ampliación de lo que, hasta ahora se conoce como la estación provisional.

Ampliación estación

La terminal se convertirá en definitiva con el recrecimiento de su superficie en 810 metros cuadrados, en lugar de los 450 metros que se estimaban en un principio. El añadido permitirá generar un acceso al andén soterrado y de manera colateral servirá para reordenar todo el espacio: se aumentarán la cafetería y los baños, se integrarán las casetas de alquiler de vehículos y se ejecutará una nueva sala de embarque. Fuera, será necesario trasladar el vial de lateral poco más de 15 metros para que no pierda su espacio los taxis y, a mayores, se facilitará una parada de autobuses, una zona de carga y descarga y un aparcamiento de 65 plazas, todavía sin decidir si con un régimen concesionado y de pago como en el lado opuesto de la terminal ferroviaria.

Bajo toda esta losa, el anden soterrado se extenderá a lo largo de 413 metros, casi hasta las inmediaciones del antiguo paso a nivel del Crucero, lo que permitirá la entrada de trenes en doble composición. La estructura central contará con nueve metros de ancho para permitir el embarque en las dos vías de ancho ibérico.

La salida de estos trenes se podrá ver desde el mirador planificado nada más rebasar Doctor Fleming, a la altura de la caseta del guardabarreras, como guiño ferroviario. Un gesto que se complementa con la conservación de la marquesina como espacio abierto, tras quitar las pajareras que se adosaron a la fachada interior de la estación en 1985.