Diario de León

Las novatadas en la ULE dejan a cinco jóvenes en coma etílico en urgencias

León

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Cinco jóvenes de entre 18 y 20 años fueron trasladados desde el Campus de Vegazana en ambulancias al servicio de urgencias del Complejo Hospitalario de León en la madrugada del viernes. Los muchachos estaban en coma etílico, inconscientes, y habían sido víctimas de las novatadas que se realizaron en el conocido como «día de la integración»; en realidad, los botellones que se organizan en la zona de las facultades el primer día de curso.

El estado en el que fueron llegando los jóvenes y el espectáculo dantesco que relataban los ambulancieros conmocionaron incluso a los profesionales del servicio de urgencias, que acabaron llamando a la Policía alrededor de las cuatro de la madrugada para alertar de lo que estaba ocurriendo en el Campus.

La novatada que llevó a estos estudiantes a urgencias en grave estado consistía en atarles las manos con cinta americana, lanzarles huevos y harina (entre otros productos), y meterles después un embudo en la boca por el que les hicieron ingerir grandes cantidades de alcohol. Sobre todo mezclas de bebidas. Aunque quedaron inconscientes y vomitaban constantemente, alguno de ellos fue abandonado en el entorno de la Universidad hasta que los agentes le trasladaron al Hospital.

Recrudecimiento

Los responsables del Complejo Hospitalario leonés han decidido tomar cartas en el asunto, junto con directivos de las residencias universitarias. En ambos casos se denuncia no sólo un recrudecimiento de las vejaciones que sufren los nuevos alumnos en las macrofiestas y la impunidad de quienes realizan estas prácticas; sino una total falta de conocimiento de las consecuencias fatales que pueden tener algunas de las «bromas» a las que se somete a los recién llegados a la universidad.

Desde la Policía Local confirman que en la noche del jueves al viernes atendieron al menos cinco intoxicaciones etílicas en la zona de la Universidad, aunque «no era uno de los botellones más concurrido que ha habido». También el servicio del 112 acudió a la zona universitaria en repetidas ocasiones esa noche.

Quienes desde las ambulancias atendieron aquellos servicios relataban «una batalla campal». Un panorama que incluso en los servicios de urgencias del Complejo Hospitalario, acostumbrados a tratar situaciones sanitarias extremas, se definía ayer como «espeluznante».

Los jóvenes que llegaron en distintas ambulancias al servicio de urgencias llevaban el mismo nombre pintado en la frente, y no pudieron ser identificados (estaban inconscientes) hasta después de varias horas de ‘investigación’ de los profesionales sanitarios.

Su estado exige además un amplio despliegue médico, puesto que al no poder responder ni a preguntas ni a estímulos obliga a los profesionales de urgencias a desplegar un amplio dispositivo de alertas médicas, para detectar posibles problemas más allá del efecto etílico de lo ingerido.

Según algunos testigos de las dependencias de urgencias aquella noche, incluso quienes acudieron con problemas familares graves al servicio mostraron su perplejidad por la incidencia de la ‘noche universitaria’; y el despliegue de pruebas que tuvieron que realizar los profesionales del servicio.

La mayoría de los afectados inicia sus estudios en Administración y Dirección de Empresas, aunque los excesos han afectado a nuevos alumnos de otras facultades.

La familia de uno de los afectados señala que «en los últimos días hablaba de algunas novatadas divertidas, todo se desarrollaba dentro de la normalidad». Ahora la víctima se resiste a denunciar los hechos, tiene miedo de las consecuencias que le pueda acarrear en su período universitario.

Sus padres no salen del susto. «Podría haber muerto. ¿Qué tiene eso de divertido?». En el parte médico de su ingreso se recoge que le encontraron solo en la vía pública. Presentaba hipotermia, taquicardias, desorientación, y otros síntomas de intoxicación etílica.

Desde su residencia universitaria en la capital (quienes llegaron a urgencias eran de fuera de León; hay constancia de más casos, pero fueron atendidos en sus hogares) la gerente del centro muestra su alarma por lo ocurrido. Fue quien acudió en un primer momento a la llamada del hospital, ya por la mañana.

Asegura que «hay costumbres de integración, para que quienes llegan de fuera hagan contactos, se integren en las facultades,... Pero son reuniones de estudiantes, no hay nada de esto». Insiste en que «lo ocurrido es otra dimensión, y la desconocíamos».

De momento no se ha identificado a los autores de estas acciones, que pudieron haber tenido (un año más) consecuencias fatales.

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