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El toro que vino de Nueva York

El banco España Duero mantendrá como imagen corporativa la cabeza del símbolo que ha representado a Caja España durante 25 años y que en su día supuso toda una aventura por la audacia y la valentía de su diseño.

Algunos de los 20 bocetos que se hicieron tras decidir que fuera un toro la imagen de Caja España.

Publicado por
MANUEL C. CACHAFEIRO | LEÓN
León

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España Duero ha decidido quedarse con el toro como parte de su imagen corporativa. El diseño cumple 25 años y significó todo para la primera gran fusión de cajas en la Comunidad. Fuerza, arraigo, capacidad y confianza. El toro de Caja España fue obra de un estudio de Nueva York que nunca antes había trabajado en España. En tonos verdes, el color del grupo Unicaja al que ahora pertenece la entidad, el nuevo logotipo mantiene la cabeza y añade la ola, también en verde, de la antigua Caja Duero. Nuevos tiempos sin olvidar el pasado.

En su día fue toda una revolución por la puerta grande del diseño. El toro de Caja España y aquel lema de «Crecemos juntos» aportaron la imagen y el mensaje de fuerza que quería representar la fusión de cinco cajas de ahorro de la Comunidad, entre ellas Caja León. Un logotipo que se fue implantando en todas las oficinas en los meses posteriores a la creación de la nueva entidad, en junio de 1990 y que, contra viento y marea, al final ha sido ‘indultado’ para ser también la marca del nuevo banco España Duero; eso sí, con algunos cambios. Sólo se quedará con la cabeza y cambiará de color. Del púrpura al verde del grupo Unicaja Banco en un cartel donde comparte protagonismo con la ola, que seguirá representando a la antigua Caja Duero.

El toro transmitió la fuerza de la nueva Caja y quiso representar también la tradición, la actitud optimista ante los negocios, el carácter único y un dinamismo reconocible en todo el mundo. Así lo contaba en 2005 la propia Caja España en su revista Nuevas iniciativas cuando, 15 años después de su creación, rindió homenaje a aquel diseño que nació en Nueva York, y que no fue la única imagen que se barajó. También se valoraron un edificio, la verja del edificio Botines de Gaudí o una imagen con algo abstracto.

Caja León, Caja Palencia, Caja de Ahorros Popular de Valladolid, Caja Provincial de Valladolid y Caja Zamora comenzaron a trabajar en su imagen unida en 1988, cuando ya tenían clara la fusión, con un primer grupo de trabajo interno. No se reparó en gastos ni en buscar el mejor estudio. Se valoraron los más importantes, tanto a nivel internacional —Jordan Wiliams, Siegel & Gale, Landor Associates...— como nacionales, hasta llegar a Siegel & Gale. Un empresa reconocida, autora de marcas como American Express, pero sin experiencia en España.

Hecha la selección, la marca envió a León a tres personas para trabajar sobre el terreno: Debra Kaye como directora del proyecto y Scott Lerman y Mark Donnolo como consultores. Se inició así un largo y riguroso trabajo, dividido nada menos que en siete fases, según se cuenta en el número especial de la publicación.

Objetivos

La primera, analizar lo que buscaba la nueva entidad hasta tener una idea clara. «Fueron evaluadas decenas de cajas de documentación», añade la revista. A esa fase se unieron desde estudiar el mercado al que iba dirigido el nuevo logotipo a tener claro que proyectaba una nueva posición de liderazgo. Otras fases definieron la unificación de la imagen, su aplicación práctica...

Antes del toro, la nueva entidad se centró en el nombre. Hasta 80 se barajaron: Amicaja, Procaja, Grancaja... «Curiosamente, Caja España quedó fuera de aquella primera criba —recuerda el artículo—. Los tópicos y los tipismos, asociados a una sensación de folklorismo, así como la utilización del nombre de España, fueron algunas de las razones que se esgrimieron». Pero al final, Caja España se impuso tras decenas de reuniones.

Y llegó entonces la hora de la verdad para Siegel & Gale, que empezó a trabajar con cuatro objetivos: crear una identidad visual que fuera «lógica y nacional, pero sin olvidar el corazón», respetar el legado, traspasar las barreras nacionales y evitar caer en tópicos.

En los estudios finales, el toro se impuso por escaso margen (30,7%) a los diseños de una puerta (20,6), a algo abstracto (26,1%) y a un edificio (23,9%). «Fue una decisión difícil, no exenta de riesgos ni complicaciones, pero audaz y decidida. Era una oportunidad histórica», se añade en la explicación del proceso.

Ahora, por encargo del ya banco España Duero, ha sido una empresa española, Doblehache, la autora del nuevo diseño. El nuevo logotipo ha unido en una sola palabra los anteriores nombres. «Dicha marca prescinde de la denominación Caja, puesto que la entidad pasó a operar como banco en diciembre de 2011, siguiendo la normativa vigente», explica una nota de prensa.

«Los atributos de la marca elegida que definen su personalidad son cuatro: la integración de las dos entidades originarias y su pertenencia al Grupo Unicaja; la solidez financiera, que genera confianza y absoluta seguridad; el arraigo y compromiso histórico con sus clientes y con los territorios de origen, Castilla y León y el norte de Extremadura, así como Madrid; su flexibilidad ante un cambiante mercado financiero, que apuesta por la tecnología como nueva forma de hacer banca; y la profesionalidad, que implica una imagen de responsabilidad, conocimiento, capacidad, servicio, y productos interesantes para los clientes, sin olvidar unos estrictos valores éticos», dice la explicación oficial.