UNA SEÑALIZACIÓN POLÉMICA
Una línea continua de 3,2 km aísla las travesías de la N-120 y subleva a los pueblos
La señalización bloquea el acceso a viviendas y negocios de Valverde y San Miguel
Tramo de la 120 en Valverde de la Virgen, ayer tarde, con la línea continua que impermeabiliza el tráfico
Una raya continua de más de tres kilómetros en la Nacional 120 inauguró un caos de movilidad en las localidades del oeste del municipio de Valverde de la Virgen. Desde ayer, el sentido de la circulación en las travesías urbanas de la carretera resulta infranqueable para los vecinos de Valverde, Montejos y San Miguel, afectados de alguna forma por el corsé circulatorio.
El malestar entre los afectados se desató a última hora de la mañana, cuando la empresa contratada por el Ministerio de Fomento terminó de ejecutar el dibujo de la nueva señalización horizontal. Residentes que no podían acceder a su casa a través del trazado habitual, transportistas desplazados por la imposibilidad de llegar a sus destinos, industriales atrapados delante de sus propios negocios.
En Valverde y San Miguel afecta al acceso de casi todas las viviendas desde el trazado urbano; mientras, el acceso desde la nacional a la carretera de Montejos del Camino está bloqueado para los vehículos que circulan sentido León. Para realizar esa maniobra, deben continuar hasta el cambio de sentido limítrofe con La Virgen del Camino, a un kilómetro y medio de distancia del cruce.
Algunos vecinos se vieron obligados a recorrer ayer hasta dos kilómetros más, agregados al trayecto que emplean a diario para regresar o salir de sus domicilios; las mejores alternativas para cambiar el sentido de la marcha se localizan al extremo de este tramo reordenado para la circulación: el cruce en semi raqueta que da entrada a Robledo desde San Miguel o el paso subterráneo bajo la Nacional, junto al nudo de carreteras que parten de La Virgen.
Sorprendidos por los operarios mientras realizaban la nueva señalización y estructura de circulación de la carretera, los vecinos compaginaron las primeras horas de malestar con tomas de contacto para organizar una respuesta al orden que desde ayer rige en la carretera con mayor aforo de tráfico de cuantas surcan la provincia. «Un infierno», alegan.