El Opus Dei muestra su «sorpresa» y «dolor» por el arresto del sacerdote

Vallejo Balda es miembro de una asociación intrínsecamente unida al Opus Dei, la «Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz», aunque no cuenta con el derecho de intervenir en nombre de la Obra, subrayó en un comunicado la Prelatura del Opus en la capital italiana. La Oficina de Información de la Prelatura del Opus Dei en Roma mostró su «sorpresa y dolor» por la detención del sacerdote Lucio Ángel Vallejo, acusado de robo de documentos en El Vaticano. La prelatura asegura que «no dispone de ninguna información sobre el caso», pero afirma que «si la acusación se demostrase cierta, sería particularmente doloroso por el daño hecho a la Iglesia». El Opus Dei aclara que monseñor Vallejo pertenece a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, «una asociación de presbíteros intrínsecamente unida al Opus Dei, que no tiene el derecho de intervenir en el ministerio pastoral ni en los trabajos que los socios desarrollan en sus diócesis o en la Santa Sede, y su misión es el acompañamiento espiritual de sus miembros».

La divulgación de material clasificado es un delito penado por la legislación vaticana, que prevé penas de entre seis meses y dos años de reclusión a quien «se apropie ilegalmente o revele noticias o documentos que esté prohibido divulgar».

Si los documentos afectan a «intereses fundamentales o relaciones diplomáticas» del Estado de la Ciudad del vaticano se aplicará una pena de entre cuatro y ocho años.

De este modo el Vaticano ha revivido los tiempos del «Vatileaks», el escándalo que estalló en 2012 después de que parte de la correspondencia de Benedicto XVI fuera divulgada por su mayordomo, Paolo Gabriele, que pasó a la posteridad como «el cuervo». Aunque Vallejo Balda había anunciado que sería el número dos de la economía del Vaticano, el Papa entregó esa función a otra persona; de esa forma, el sacerdote astorgano quedó relegado a un mismo puesto en una entidad marginal, miembro del equipo revisor de cuentas.