Diario de León

Don Ángel no deja indiferente

El Obispado calla y entre los vecinos hay defensores y detractores del cura.

Un vecino de Vega de Magaz lee en el bar la noticia de la detención de su ex párroco.

Un vecino de Vega de Magaz lee en el bar la noticia de la detención de su ex párroco.

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A.G. VALENCIA | V. DE MAGAZ / CELADA
León

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Algunos parroquianos aseguran que lo veían venir, a otros la sorpresa de la detención de Lucio Ángel Vallejo Balda, el ex ecónomo de la diócesis de Astorga, aún se les nota en la cara. En Vega de Magaz, detractores y defensores del sacerdote detenido en la Santa Sede por filtrar documentos del papa comparten partida. En el bar Nisio todas las conversaciones giran alrededor de la noticia. Vallejo Balda fue el párroco de la localidad, y de otros doce pueblos de La Cepeda, hasta que cambio la capital maragata por el Vaticano.

Entre cafés y chupitos, muchos de los lugareños comentan que don Ángel, como le conocen en el pueblo, «era un cura muy bueno». Los hay que apostillan que «pedía mucho, aunque también hizo mucho por Vega. Si no es por él, las iglesias ya se habrían caído», dicen, mientras otro añade que «el dinero nunca salía de su bolsillo». En realidad, explican, «cada uno daba lo que quería. Yo, nunca», subraya un vecino, que defiende el buen hacer de don Ángel en el pueblo. «Aquí claro que sorprende la noticia nadie se lo esperaba de él. Era un fenómeno».

Mientras, en la barra un grupo comenta las «artes» del ex ecónomo. «Era capaz hasta de traer para aquí el Vaticano», aseguran, convencidos de la «ambición» de don Ángel. «No habléis mal de él», les recrimina otro parroquiano. «Da igual —continúan— todo el mundo sabe lo que había. Era un buen contable, pero también muy listo», explican sin atender a la reprimenda del vecino. Los defensores del que fuera párroco de la localidad ponen sobre la mesa su bondad. «Trabajó mucho, es un hombre muy grande», le defienden, todavía con cierto escepticismo en la mirada.

En el bar, donde se reunen los lugareños, —no hay nadie por la calle— son varios los que confían en su inoncencia. Otros no dan crédito a esta postura. «No se qué os extraña», comentan. «¿Cómo ha llegado a ésto si podía haber sido el jefe de Astorga?», se pregunta otro. Desde luego, a nadie deja indiferente.

La iglesia de Vega, que mejoró ‘don Ángel’. JESÚS

Los vecinos juegan y comentan lo ocurrido. JESÚS

Todos prefieren guardar el anonimato. Una tónica que se repite en Celada de la Vega, donde el ex ecónomo cuenta con una vivienda. «La verdad es que se relacionaba más con los vecinos de la urbanización», aseguran, «con los del pueblo, poco». Vallejo Balda nunca fue el párroco de la localidad, pero pasaba temporadas allí. La última vez este verano, dicen.

Entre los vecinos y en los grupos de WhatsApp, la detención de Lucio Ángel Vallejo era el centro de todas las conversaciones. «El nivel de vida de este señor era obvio», asegura una mujer, «por algún lado tenía que salir», dice, aspectos que no contradicen «un carácter amable y agradable».

En la urbanización de Celada donde Vallejo Balda cuenta con una lujosa vivienda, al menos sale de ojo por su originalidad arquitectónica, no hay ni un vecino por la calle. Los perros ladran desde el jardín al intuir desconocidos. Enormes verjas y cámaras cuidan los chalés. Nadie responde al timbre. Sólo atiende un vecino del ex ecónomo, que habla muy amablemente de un señor agradable y de buena conversación, «aunque siempre guardando las distancias». Cuenta que el sacerdote nunca tuvo problema en abrirle su casa para ver como era el diseño. No tiene pegas, aunque está sorprendido.

Mientras el escándalo protagoniza portadas y espacios en los medios de comunicación, en el Obispado de Astorga, donde Vallejo Balda, aún está incardinado, prefieren guardar silencio. «Hace cuatro años que ya no está aquí, el ahora ejerce su labor en Roma», explican desde la delegación de medios. «No tenemos nada que decir», argumentando que lo que saben es por los periódicos.

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