DÍA DEL CUIDADOR
«Aquí estoy yo. No quiero que me lo toque nadie»
Más de 16.000 personas cuidan en León de sus familiares dependientes. Los geriatras piden desarrollar la Ley
«La necesidad obliga». Conchita tiene 73 años y desde hace siete es la cuidadora principal de su marido de 77, que padece alzhéimer. Su vida, como su casa, se acomoda cada año a las necesidades que impone la enfermedad. Una grúa para mover al paciente en la cama, que tiene que ser articulada, sillas de ruedas, pañales, ayuda externa y ayuda familiar. Todos los brazos son pocos. «Mientras yo pueda no quiero que lo toque nadie», asegura tajante.
Conchita es una de las personas cuidadoras de los 16.000 dependientes que hay en León. El 85% —13.614— ya reciben prestación. El resto espera.
Los geriatras, especializados en el tratamiento y cuidado de las personas mayores, vuelven sus ojos ahora al acompañante. El que apunta, pregunta, duda y cumple a rajatabla el tratamiento. Y mucho más. También cumple años a medida que avanza la enfermedad del que cuida. «Es de justicia social reconocer el papel del cuidador», asegura el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, José Antonio López de Trigo. La sociedad, en colaboración con la Fundación Envejecimiento y Salud y Lindor Ausonia, celebra hoy el Día del Cuidador. «Este reconocimiento no existía. Aunque somos una sociedad científica que trabajamos para la defensa de los mayores y su calidad de vida no podemos dejar de lado a los que cuidan en el ámbito familiar. Hay que poner en valor el trabajo que hacen en soledad. Un trabajo singular y de género femenino», asegura.
Pero el día de hoy no está pensado sólo para el reconocimiento. Las reivindicaciones se hacen cada día más necesarias. Los geriatras tienen una lista de imprescindibles: apoyo social, facilidad de acceso a recursos sanitarios, reducción del coste de los desplazamientos y apoyo en el domicilio. «El agotamiento, la sobrecarga y el cansancio les pasa factura y dudan, Siempre tienen dudas sobre si lo están haciendo bien o no». afirma López de Trigo.
Y de sobrecarga saben mucho en la Asociación de Alzhéimer. «El cuidador es una figura importantísima. Esta enfermedad es muy costosa. Hay apoyos, pero cada día desaparecen más. Hay estudios que cifran en 30.000 euros el cuidado anual de una persona dependiente», asegura.
Pero la dependencia no es sólo cosa de mayores. Olvido López es madre de Paula, una niña de 10 años con parálisis cerebral. «Paula fue el primer caso que se resolvió de una menor con la Ley de Dependencia. En aquel momento le dieron 529 euros y ahora son 279. En aquel momento fue un alivio porque yo tuve que dejar de trabajar. Ahora invierto mucho más en las terapias. A mayores, están los traslados a Madrid. Antes eran 52 euros de ida y vuelta y ahora sólo son 12 euros, que no llegan ni para el peaje», asegura Olvido. Los recortes recaen indirectamente sobre la cuidadora «porque se lleva la peor parte». Olvido tiene que renunciar a una silla de ruedas más ligera para su hija. «En la ayuda entran sillas normales, no más ligeras. Yo necesito sesiones de fisioterapia por la sobrecarga de peso, siento hormigueo en las manos, como hay que moverla por la noche también tengo alteraciones del sueño. Mi marido y yo estamos implicados al 100%». Paula está escolarizada en el Centro de Educación Especial La Luz de Aspace. «Ella va a clase por la mañana y eso me permite trabajar de portera en un edificio a media jornada». Olvido espera que el Día del Cuidador no sea solo un día más en el calendario. «Es bueno que haya sensibilización, pero las administraciones se tienen que implicar más».
Los geriatras creen que es el momento de dar un impulso a la Ley de Dependencia. «Cuando se aprobó la ley se desconocía lo que la dependencia escondía. La realidad superó las más pesimistas de las previsiones. Ahora es el momento de hacer un estudio real de necesidades porque hay un apartado de la norma que está sin desarrollar: la promoción de la automomía personal y la prevención».
El jefe del servicio de Geriatría del Hospital de León, Javier Idoate, detecta en su consulta la sobrecarga del cuidador. «El 75% de los mayores que atendernos tienen demencia y eso requiere mucho trabajo por parte del cuidador porque obliga a estar pendiente las 24 horas, sobre todo cuando hay trastornos de conducta. Las necesidades son muchas y las Ley de Dependencia y las ayudas se quedan cortas. En León vemos a mil personas cada año».