Ciudadanos fuerza la renuncia de Sadat Maraña por mentir en el currículum pero lo mantiene como coordinador

Cuando se aguardaba el juicio de la dirección nacional, demorado hasta en dos ocasiones para ganar tiempo, Sadat Maraña se inmoló ayer poco después de las 20.00 horas como candidato de Ciudadanos al Congreso de los Diputados por León. Solo, entre argumentaciones de no querer «dañar la imagen pública» del partido ni de «un proyecto que está por encima de las individualidades», emitió un comunicado público a los medios que respondía a las demandas internas recibidas, después de que este periódico desvelara que había mentido en su currículum profesional, en el que asentaba que era licenciado en Administración y Dirección de Empresas pese a que le faltaban 17 asignaturas.

Durante dos largas semanas, Maraña resistió aferrado a un documento de 2010 en el que se le apuntaban 388,5 créditos de una carrera de 301,5 debido a la doble contabilidad en 17 materias, pero no aguantó más ya a las puertas de la presentación de las candidaturas: renunció, como obliga el pacto contra la corrupción de la formación naranja a quienes mientan en su currículum, pero se queda aferrado a la dirección provincial. «Toca dar un pequeño paso atrás. Sigo al pie del cañón como coordinador de la agrupación para seguir avanzando en este proyecto al que aún le queda mucho recorrido», informó mediante un mensaje en los foros de whatsapp que comparten los afiliados.

Ahí se queda a pesar de que el pacto por la regeneración democrática de Ciudadanos fija de manera expresa en su artículo 3 que se debe no sólo «apartar de cualquier cargo público», sino también «de partido a todo representante que haya falsificado o engañado en relación a su currículum o su cualificación profesional o académica». Una situación que solventó ayer el secretario de Organización nacional, Francisco Hervías, con la justificación de que la formación cree que «con la renuncia que hace ya es suficiente». «Entendemos que no afecta al cargo orgánico porque fue votado por la militancia no por presentar ese currículum sino por sus méritos en el partido y además, ni se trata de un cargo relevante ni lo ha usado para su trabajo ni su vida laboral», insistió, al tiempo que consideró «una tontería» la conjetura sobre un posible acuerdo soterrado por el que el partido permite a Maraña quedarse con las riendas en la provincia a cambio de quitarse del medio en la candidatura. «Como si ser coordinador fuera un premio cuando has renunciado a ser diputado en las Cortes españolas», concedió el responsable de la disciplina interna naranja.

Hervías, uno de los hombres fuertes de Albert Rivera, evitó vincular la decisión de Maraña con una petición expresa del partido, aunque el propio afectado reconoció haber mantenido conversaciones con los dirigentes de Ciudadanos para tomar su decisión; justo dos días antes de que se abriera el plazo para la presentación de las candidaturas en las juntas electorales.

Pero incluso ya fuera de la candidatura Maraña continuó ayer enrocado en el relato que ha defendido estas dos semanas, pese a las pruebas que le cercaban. «El error de la Universidad a la hora de certificar mi Licenciatura», repitió, incluso con mayúscula, para reiterarse en que, de acuerdo al certificado que le dieron en 2010, estaba convencido de que había acabado la carrera gracias a la contabilidad de los 388,5 créditos. No mencionó que en ese mismo documento de calificaciones se demuestra la doble contabilidad de los créditos en 17 asignaturas que hizo en el plan de 1992 y que después se le adaptaron en el de 1999, ni tampoco que sólo con cotejar las asignaturas aprobadas con las que tiene la carrera se ve que le faltan otras 17 materias por superar; un tercio del total. Una lápida que le ha costado la candidatura, pero no las riendas del partido en la provincia.