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SANIDAD

«El papel del médico es clave en prevenir la mutilación genital»

La pediatra y formadora catalana Inma Sau en su consulta

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ANA GAITERO | LEÓN
León

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Cerca de medio centenar de mujeres nacidas en países donde se practica la ablación residen en León. Pero ni en la provincia leonesa ni en ninguna otra de la Comunidad se ha registrado algún caso de mutilación genital femenina, según la Consejería de Sanidad.

En Castilla y León no existe un protocolo específico aunque están en vigor las recomendaciones generales del Consejo Interterritorial de Salud. Según la Junta, no existe población femenina de riesgo que justifique la búsqueda asistencial activa.

La experta Inma Sau, que esta tarde participa en un curso organizado por la Fundación Isadora Duncan, considera que con «solo una niña tiene que haber un protocolo» adaptado a la realidad de cada zona, pero «no podemos negar la existencia del problema». Después de diez años de experiencia en Cataluña asegura que la mutilación genital femenina «está aún infrarregistrada porque los profesionales son reticentes».

Los registros deberían ser obligatorios «igual que cualquier otro maltrato o lesión pues tiene consecuencias graves sobre las mujeres y las niñas». Hay mucha disparidad de unas provincias a otras. «Por ejemplo, en Gerona, que es donde se empezó, funciona correctamente, pero no tanto en Lérida o en algunas zonas de Barcelona», añade

Inma Sau imparte hoy formación en el centro de día para mujeres inmigrantes de la Fundación Isadora Duncan de León junto a la mediadora y miembro de Jokkereendam, Adama Boiro. A partir de las 16.30 horas darán pautas a profesionales de la salud, educación, servicios sociales, derecho y asociaciones que trabajan con población migrante.

«El papel del médico es clave, por eso es importante que registren y colaboren y los pediatras hagan la prevención», añade. Sau es partidaria de formar a profesionales que están en la primera línea asistencial porque «hay que practicar».

Los países donde se practica la ablación son deÁfrica subsahariana y Asia. Ahora se expande en los territorios del Estado islámico. Esta práctica supone un atentado contra los derechos y la integridad física y psicológica de las niñas y mujeres que la sufren.

Las consecuencias sobre la salud física de las mujeres son múltiples: infecciones vaginales, de orina, dolores abdominales. La mutilación priva a las mujeres del placer sexual al suponer la eliminación del clítoris y en ciertos países también de los labios menores y mayores con un cosido reduce la vagina a un mínimo agujero para menstruar.

Los programas de prevención son efectivos. Este verano al menos 12 niñas han viajado a sus países y han regresado sin mutilar tras el compromiso escrito adquirido por padres y madres. «Yo mando firmar a los hombres primero porque la ablación se da en un patriarcado donde son ellos los que toman las decisiones. Las mujeres lo tienen claro», apostilla Sau.

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