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Galicia avisa a León de que no dejará que se mueva la frontera «ni un metro»

Reconoce que Suárbol compró terrenos de Lugo «pero eso no afecta a los límites» .

Carretera provincial, propiedad de la Diputación, que da acceso a Lugo por los Ancares.

Publicado por
Asun G. Puente | redacción
León

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La intención de la Diputación de revisar los límites provinciales con Galicia —en la zona de los Ancares leoneses— para recuperar la frontera con Lugo, reflejada en el Mapa Topográfico Nacional de 1951, se ha topado de frente con la oposición del vecino concello de Navia de Suarna. Mientras desde el Palacio de los Guzmanes reclaman al Ministerio de Fomento que los mapas vuelvan a reflejar en la provincia esos cerca de dos kilómetros cuadrados que ahora aparecen en Lugo, desde el otro lado de la frontera recalcan que los terrenos, aunque en manos de la pedanía de Suárbol (municipio de Candín), territorialmente deben aparecer en su comunidad autónoma.

«Nosotros seguiremos defendiendo nuestro territorio y no permitiremos que se mueva la frontera ni un metro», dijo ayer el alcalde socialista de Navia de Suarna, José Fernández. Cree que los límites establecidos entre ambas provincias en los Ancares deben permanecer inalterables, tal y como refleja desde 1995 el Instituto Geográfico Nacional en sus mapas, publicados en 2014 en los mismos términos.

El alcalde explicó que efectivamente estos terrenos pertenecen a la pedanía de Suárbol, que los compró —recordó— a principios del siglo pasado a una familia pudiente de agricultores y ganaderos de la parroquia de Rao. Los vecinos de este pueblo de los Ancares leoneses querían ese suelo como braña de verano para que pastara su ganado.

Sin embargo, matizó, que aunque los terrenos sean de León la frontera provincial no deben variar. «Es una propiedad en el límite y así ha sido siempre, deben respetarse los límites históricos y si se cambian en el mapa lucharemos para que sigan en Galicia con todos los instrumentos que la ley nos permita».

Mientras, el que fuera pedáneo de Suárbol durante 24 años, Baldovino Gómez, remarcó ayer que los terrenos que su pueblo compró a la familia de A Casa Nova de Rao «están catastrados en Lugo y para cualquier gestión debemos contar con el permiso de la Xunta de Galicia».

Este hecho, comentó el ex presidente de esta junta vecinal, les acarrea innumerables problemas a la hora de disponer de sus pastos en los terrenos que compraron en su día en la parroquia de Rao. Relató, como ejemplo, que no pueden hacer las silvopastorales (limpieza de monte para preparar pastizales) porque las ayudas llegan de la Junta, que no se las da al considerarlos ya en zona de la vecina Xunta.

«Estamos en la Reserva de la Biosfera de los Ancares y no nos dan nada, ni una ayuda para el ganado; estamos en tierra de nadie para los permisos», lamentó Gómez. Aclaró también que estos terrenos —adquiridos a una familia lucense hace un siglo aproximadamente— no están en zona de su monte de utilidad pública, aunque linda con él.

Incluso, criticó que hace tiempo ejecutaron desde Galicia una pista por el medio de estos terrenos en liza por los límites provinciales y «no nos pidieron permiso alguno a la junta vecinal». Era una pista para conecta con Murias de Rao.

Desde su Ayuntamiento, Candín, el alcalde, José Antonio Álvarez Cachón, enfatizó también ayer que «los mojones en el monte con los límites provinciales están donde históricamente estuvieron, no sé ahora por qué no coincide con lo que dicen las administraciones; no nos lo hemos inventado aquí dos o tres vecinos».

De todas formas, el regidor de este municipio de los Ancares leoneses mostró su deseo de que la cuestión de los límites territoriales «se esclarezca cuanto antes, sería bueno».

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