Investigan los contactos de un empresario leonés con la cúpula de la trama Púnica

A.M., un empresario leonés que tenía voluntad de instalar en Lalín una sucursal de una franquicia nacional de neumáticos, aparece en el sumario de la Operación Púnica vinculado a negociaciones con Francisco Granados y David Marjaliza a través del testaferro de este último, Antonio Serrano, con el que la UCO interceptó y grabó varias conversaciones telefónicas que investiga ahora el magistrado juez Eloy Velasco, titular del juzgado central de Instrucción número 6 de los de la Audiencia Nacional.

La instrucción en este apartado forma parte de los casi 20 tomos que aún permanecen en condición de secreto sumarial y que Velasco investiga para delimitar las responsabilidades penales en las que hubieran podido incurrir los dos principales cabecillas de la trama Púnica en relación con León, al margen de las que tengan que derivar de la pieza separada que ya se había abierto contra los tres imputados ya conocidos.

La trama contactó con un empresario al que la Guardia Civil atribuye origen leonés aunque trataba de afincarse en Lalín (Pontevedra) y a cuyo negocio de neumáticos querían sumarse.

Francisco Granados también estaba detrás del asunto, como ocurriera con la planta de reciclaje que pretendía poner en marcha junto a Marjaliza en León, de la que ayer dio cuenta este periódico. El martes 5 de agosto, Granados llama a su esposa y le explica que el jueves tiene una comida «con un empresario de León, que tiene una empresa de reciclaje. Me lo contó David (Marjaliza) el otro día y parece ser que este hombre quiere conocerme», explica.

Serrano se refiere a esta segunda parte de la trama en una conversación telefónica con una asesora suya el 15 de julio. «La persona que quiere instalarse en Lalín es de León y pertenece a una multinacional que se dedica al reciclaje de neumáticos. Luego se despiden». La empresa que se quiere instalar en Lalín es Signus, que se dedica al reciclado de ruedas, según advierte la Guardia Civil a través de sus investigaciones, que obran en esta otra parte del sumario que aún no había sido dada a conocer.

El día 11 de septiembre Serrano recibe una llamada del empresario muy reveladora. «En León ya nos han contestado del Ayuntamiento, todo el trámite administrativo va correcto y lo bueno sería tener el aval. Si fuese posible hacerlo todo sin dar muchos datos, mejor, pero al final va a haber que hacerlo transparente para hacer una serie de actuaciones. Luis va a tener que demostrar que está detrás de todo el asunto pero sin estar de manera oficial».

A.M. explica, siempre según la interpretación de la Guardia Civil, que una empresa de Inmuebles llamada IBL, que tiene una sucursal en Marruecos, va a ser vendida para hacer frente al aval de León «que se eleva a 300.000 euros». El empresario solicita al testaferro que hable «con Paco (Granados) y David (Marjaliza) para que les expliques todo lo que hemos hablado y que si no siguen poniendo excusas de que están malos, que vayan con las ideas claras».

Antonio Serrano, el testaferro al que Marjaliza pone al frente de sus negocios, realiza una llamada al empresario leonés el 14 de julio. «Adolfo le ha dicho que ha estado hablando con el alcalde y que le ha dicho que vaya a verle cuando sea necesario. Quedan en hablar». A continuación Serrano recibe la llamada de una persona «con voz femenina» que le dice que ha llamado A.M. y que quiere sabe si pueden reunirse el jueves por la tarde. «Serrano le encarga a la mujer que le diga que el jueves es el peor día de la semana y que tiene médico. Que tiene que ser miércoles o viernes pero que se lo diga por SMS».

El miércoles 16 de julio se produce la reunión. «Ha sido con el alcalde, pero nos ha puesto muchas trabas el abogado del Ayuntamiento (se refiere a Lalín), un tal Salvador. Pero el alcalde le dijo que hiciera lo que fuese necesario, y que ese suelo tenían que utilizarlo y que tenían que instalarse un poco en precario. Que luego el abogado del Ayuntamiento se va de vacaciones y lo deja resuelto».

En Lalín y en León

El 25 de agosto, el testaferro de Marjaliza habla con una persona no identificada que le propone una reunión «en Tordesillas, en Medina del Campo o en San Rafael» para poder hablar. Antonio Serrano replica que tiene que ver «dónde está éste, que venía hoy de Marbella (Marjaliza) y que cuando pueda lo pregunta. Serrano dice que José María de Dios (el contacto en León de la empresa por la que se habían interesado Granados y Marjaliza para a planta de reciclaje) irá mañana con Aurelio allí, que el empresario le abrirá y le dará las llaves.

Serrano le apunta que José María le tiene que decir mañana «el domicilio de Lalín y el de León para cambiarlo» y hablan de las subvenciones que pueden esperar.