ATENTADO TALIBÁN EN AFGANISTÁN
Los testimonios desde Kabul insisten en que el ataque fue «calculado» contra la embajada
La Unión Federal de Policía advierte de que «el edificio atacado fue el nuestro, y los muertos nuestros». El policía leonés pudo ser abatido por un tirador desde la azotea, según uno de los supervivientes. El ataque, en el que murió otro agente español, duró «doce horas de ráfagas y granadas sobre nosotros».
Los testimonios de los agentes que trabajan en los edificios de la embajada de España en Kabul, donde el viernes fueron asesinados dos policías españoles, uno de ellos el leonés Isidro Gabino Sanmartín Hernández, señalan que el objetivo del atentado de los talibanes fue directamente la embajada española. Horas después de iniciarse el ataque el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, insistía que que «no era un ataque contra la embajada española» y que «no había intención, no era contra nosotros». Ayer, en León, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, admitió que el atentado fue «un ataque contra España».
Ayer se pidió desde distintos foros claridad en la información sobre el atentado, en el que murieron además el subinspector de policía Jorge García Tudela. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, reclamó que se ofrezca «toda la información veraz». «Nos merecemos que nos informen de primera mano», señaló, para reclamar «sentido del Estado y que no se utilice esto electoralmente».
Las versiones que los supervivientes del ataque enviaron a través de distintos medios a sus compañeros policías insisten en que el ataque se produjo directamente contra la embajada. Una versión que defiende también la Unión Federal de Policía, que reproduce estos mensajes y califica otro tipo de informaciones como «mentiras». «Que sepamos, el edificio atacado fue el nuestro, y los muertos nuestros. Por qué se empeñan en decir que no era un ataque contra nuestra embajada».
Doce horas
El mensaje de uno de los supervivientes al ataque señala que varios agentes consiguieron refugiarse en el búnker. Fueron «doce horas de ráfagas, asaltos y granadas sobre nuestras cabezas».
Los sindicatos policiales señalan que «merecemos saber la verdad sobre lo que pasó en la embajada española en Kabul», por lo que difunden lo transmitido por quienes sufrieron el atentado en directo. «Lo que ha pasado es que los talibanes han perpetrado un ataque directo contra la embajada española. Han explotado un coche bomba contra la puerta, que ha arrasado media manzana, y han entrado a continuación disparando».
El relato de los hechos narrados por el agente apunta que «a mi subi (el subinspector Jorge García Morán, cuyo cuerpo fue localizado después del ataque) lo asesinaron el primero cuando entraron en el edificio. Su habitación está en la planta 0. Al oir las primeras ráfagas desde el búnker donde están nuestras habitaciones cogimos las armas y cerramos la puerta. La otra puerta de escape quedó dañada de la onda expansiva, y no la podíamos cerrar, así que el sitio no era seguro».
El agente continúa explicando que «Gabi (el policía leonés) salió con otro compañero a ver si encontraba al subi, porque no nos contestaba. Creo que le dieron desde la azotea, donde ya se habían colocado para disparar a todo el que vieran». Concluye señalando que «todo quedó arrasado. Calculado entró el coche bomba, y al minuto los terroristas asaltaron la embajada».
Según la Unión Federal de Policía, «la embajada española en Kabul es una de las pocas que se encuentra fuera de la denominada ‘green zone’, el área de seguridad donde está prohibida la circulación y con accesos controlados por agentes de la policía afgana». De hecho, está en una de las calles más transitadas de la ciudad, una «situación casi cómica», según el sindicato policial.
Son tres casas contiguas conectadas por un patio común, a apenas diez metros del muro que las separa de la calle. Una se usa como embajada y otra como residencia del personal diplomático. La residencia del embajador sí está en la zona protegida.
En los otros edificios se alojaban los 17 trabajadores de la embajada: ocho de seguridad, seis administrativos y tres afganos intérpretes.
Ayer un comunicado desde Moncloa hablaba de «atentado en la embajada de España en Kabul», que reconoce que tres atacantes entraron en el recinto, aunque sigue investigando su objetivo y «no descarta ninguna hipótesis». Mariano Rajoy justificó en su mitin de Murcia la confusión de las primeras horas asegurando que «Kabul está muy lejos».