araú abre sus puertas
La joya municipal brilla por fin
Convertir la emblemática chacinería en un espacio sociocultural abierto a la ciudadanía ha requerido 17 años de conversaciones, 7 de ellos de obras, y casi 6 millones de inversión.
El sueño municipal de abrir a la ciudadanía la singular y desfallecida fábrica de embutidos Araú es hoy una realidad, gracias a un enorme esfuerzo económico y negociador que ha permitido que el conjunto de cuatro edificios que componían la antigua chacinería vuelvan a brillar. Los inmuebles quedaron desocupados y sin actividad en 1992, tras haber funcionado en Trobajo del Camino durante más de un siglo. Su deterioro se agravó hasta tal punto que fueron declarados parcialmente en ruina y estuvieron a un paso de desaparecer por derribo en 1997. Curiosamente, no fueron su singularidad e importancia como ejemplo de la arquitectura industrial de la provincia, que ahora tanto se valora, lo que salvaron a Araú, sino su ubicación en el corazón del Camino de Santiago, ya que el entorno gozaba de protección BIC desde 1962.
La factoría ha demostrado ser como un junco que ha sabido resistir los vientos del bum urbanístico, la tempestad de la contaminación acústica y las vibraciones de los miles de vehículos que transitaban a su lado por la avenida de Párroco Pablo Díez, además del abandono y el paso del tiempo. No salió endeble de todas esas batallas. En 2009 perdió su fachada y torre Oeste por un derrumbe, y la nave macelo fue cercenada para abrir un vial. Sin embargo, su esencia se ha logrado mantener con inversiones del Ministerio de Fomento que suman casi 6 millones de euros y que han recuperado un espacio de 2.291 metros cuadrados como centro sociocultural y símbolo de San Andrés del Rabanedo. Con interiores de elevadas paredes beig, suelos de cemento pulido verde o loseta de piedra clara, Araú ofrece salas expositivas libres y diáfanas de hasta 180 metros cuadrados donde podrán programarse muestras, conferencias o talleres. También se planea instalar un oficina de turismo para aprovechar el tirón del peregrinaje a Santiago de Compostela y dotar de una nueva sede a la escuela de música, además de abrir sus puertas para las actividades de las asociaciones del municipio y de posibles empresas y emprendedores.
La reforma del inmueble logró iniciarse en 2008 con un proyecto de ALF Arquitectos Asociados, una década después de haberse sellado un convenio entre los cuartos y últimos propietarios de la factoría y el Ayuntamiento de San Andrés para la cesión del conjunto, que se materializó en 2000. Los trabajos quedaron paralizados al presentar la primera empresa adjudicataria concurso de acreedores y se pudieron retomar en 2014, a pesar de la crisis, con Corsán-Corviám. El Consistorio, que recibió de Fomento las obras el pasado día 11, aspira a convertir Araú en todo un referente cultural y turístico para el conjunto de la provincia, y confía en que sirva de revulsivo económico. Para ello, se trabaja en la elaboración de un amplio programa de carácter innovador que suponga una auténtica revolución cultural, repercuta en la creación de empleo y riqueza en el municipio. De ahí el intento de estrechar la colaboración con otras instituciones, que como en el caso de la Universidad de León, puedan estar interesadas en el desarrollo conjunto de actividades pensadas para todo tipo de públicos, más allá del ámbito meramente cultural.