Regentaba dos clubs de alterne cuando se produjo el ataque

La Policía sospecha que la víctima había sido objeto de amenazas de súbditos albano kosovares en alguno de los dos negocios de clubes de alterne que regentaba en el momento de los hechos.

Sustenta esta tesis el hecho de que el principal acusado negó en su defensa ser autor de los hechos y alegó que el cabecilla de la operación era el otro sujeto, que había tenido relaciones con individuos de los países del Este que ya tenían referencias de quién era el empresario leonés.

El rastreo de las llamadas realizadas desde los móviles de los acusados al teléfono de la víctima resultó determinante para poder identificar a los autores de los hechos. Por la posición de las antenas que les daban cobertura se pudo determinar su identidad, en una gran intervención.