El Ayuntamiento reserva 780.000 euros para la semipeatonalización este año de Ordoño II
El consistorio elevará la calzada al nivel de la acera, la asfaltará y dará un acabado acorde al entorno. El proyecto sólo empleará una parte de la partida y dejará abiertos fondos para otras urbanizaciones.
Dieciocho años después de la reurbanización, que ha terminado con más de 12 intervenciones para atender el baile del adoquinado y los desperfectos del proyecto, el Ayuntamiento de León resolverá los problemas de la avenida Ordoño II con una medida de movilidad urbana. Ni arreglo puntual que obligue a seguir con el bucle de obreros paleta en mano cada invierno, ni asfaltado al uso para convertirla en una vía común como en el resto del centro: peatonalización, aunque con acceso permitido para residentes, servicios, autobuses urbanos y taxis. Una apuesta que ya cuenta con una partida específica en el presupuesto municipal de 2016, entregado al resto de los grupos políticos por parte del equipo de gobierno el pasado día 30 de diciembre. Ahí se apunta como gasto, dentro del capítulo 6 de inversiones reales, una partida de 780.000 euros para proyectos de reurbanización.
No se agotará todo el presupuesto previsto. Aunque el primero de los proyectos puesto sobre plano contenía la reurbanización de casi toda la estructura de la vía, al final se optará por aprovechar gran parte de la existente, en la que se invirtieron 1,5 millones de euros en el año 1997 para rematar la obra del aparcamiento subterráneo que ejecutó Teconsa. No se ampliarán como se pensó en un principio las aceras, que cuentan con unas dimensiones de entre 8 y 9 metros de ancho, sino que tan sólo se reformarán en las zonas en las que se ha detectado que por defectos de pendientes acumulan bolsas de agua cuando llueve.
Sí que se intervendrá en el área de la calzada, donde se llegó a plantear la reducción a un solo carril. Se mantendrán los dos definidos en estos momentos, pero se levantará la superficie hasta el nivel de las aceras, con la eliminación de los bordillos como sucede en el resto de zonas peatonalizadas de la ciudad. La elevación de la cota se aprovechará para quitar los adoquines que tantos problemas han dado por la inestabilidad que tienen al estar dispuestos sobre vigas de hasta 16 metros de ancho que sustentan el aparcamiento subterráneo. Para suplir este material, que se acopiará para poder servir de repuesto en otras zonas, se prevé por ahora que se eche una capa de asfaltado de caucho, hecho a partir de neumáticos usados para reducir las emisiones de ruido, pero con un acabado acorde al resto de la vía por medio de una mano de pintura y la simulación del dibujo similar al adoquinado.
La decisión de semipeatonalizar, que debe concretarse ahora con el consenso de los presupuestos, obligará a reorganizar los flujos de tráfico que ahora se canalizan por Ordoño II, pero que podrán desahogarse por otras avenidas de gran capacidad aledañas como República Argentina, Paseo de la Condesa Sagasta o Gran Vía de San Marcos. Estas vías que asumirán gran parte de los 16.000 vehículos que a diario circulan por la céntrica calle, de los que apenas un 8% son de residentes, transporte público y servicio, como se ha constatado en la celebración de las jornadas del día sin coche en los últimos años. Los datos permiten augurar una bajada muy significativa de la circulación, así como de las emisiones, y la conquista de un nuevo espacio público con el peatón como prioridad. Una apuesta por conectar el eje principal de la ciudad desde la Catedral hasta Guzmán, casi a la puerta de la llegada del AVE, que beneficiará al área básica del pequeño y mediano comercio de León.