Cabalgatas bajo techo

En Ponferrada cayeron ayer de nuevo chuzos de punta y el frío fue intenso. Había mucha responsabilidad en el Ayuntamiento, en su Patronato de Fiestas para decidir si en la visita de los tres Magos de Oriente se desplegaba la tradicional cabalgata de Reyes por las principales calles de la ciudad, o bien, por impedimentos meteorológicos, se buscaba una alternativa.

Los cielos encapotados con nubes plomizas hicieron a los técnicos y responsables municipales inclinar la balanza por la alternativa de situar a los Magos en el pabellón de El Toralín.

Y fue así —como en las mejores historias de magia e ilusión— los tres Reyes Magos, a los que se unió el mago local, Chalupa, aparecieron sobre sus tronos en medio del pabellón de deportes de El Toralín. A las cinco y media de la tarde el Ayuntamiento ya tenía todo preparado y a esa hora se abrieron las puertas al público, haciendo la entrada de los Magos a eso de las seis de la tarde. La alcaldesa de la ciudad. Gloria Fernández Merayo, hizo de anfitriona para tan altos dignatarios.

Como no podía ser de otra forma, las caras de los más pequeños eran un poema de ilusión, de tensión, de nervios y de mucha inocencia. Todo el que quiso pudo acercase a contarle a los Magos de Oriente y al Mago Chalupa sus anhelos. El escenario atrajo la atención de cientos de niños y sus padres, que pese al frío y a la lluvia que caía por momentos, nadie se quiso perder esta fiesta, previa a la noche más mágica para los pequeños y no tan pequeños.

Actos muy similares se sucedieron en numerosos puntos de la geografía berciana, dado que los Magos pudieron estar en el Hospital, en el Hogar 70, en el de Transeúntes y visitar la totalidad de los municipios.