Diario de León

EL JUICIO POR EL CRIMEN DE ISABEL CARRASCO

«Me merezco una colleja, pero ha sido algo ajeno a mi voluntad»

Fermín Guerrero / Abogado de Raquel Gago

Fermín Guerrero, al abandonar ayer la Audiencia

Fermín Guerrero, al abandonar ayer la Audiencia

León

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Superadas las dos semanas más complicadas del juicio para los intereses de su defendida, ha terminado haciéndose más célebre que su clienta. Mera coyuntura, parece, porque el ruido de los flashes seguramente se apagará con el fin de semana y el lunes, cuando la vista se reanude, la vida seguirá igual. Pero Fermín Guerrero, más que su minuto de gloria, se ha ganado dos días de pleno protagonismo.

—¿Cómo valora las dos primeras semanas de juicio?

—Bueno, pues en principio estamos satisfechos. Hay testimonios que apoyan nuestras tesis. Otros digamos que inciden en las dudas que versan sobre su comportamiento, pero entendemos que no hay nada que sea relevante y que todo saldrá bien.

—¿Quizá le contrarió un poquito el testimonio del controlador de la ORA? ¿Pensaba que su versión iba a ser más favorable a sus intereses?

—Yo la impresión que tengo de este testigo es que las circunstancias le están superando. No deja de ser un empleado municipal, un hombre que su participación casual le viene muy grande, la verdad es que sé que este hombre lo está pasando mal y por eso las versiones que da, porque recuerdo que ésta es la cuarta ocasión en la que declara, después de una en Comisaría, dos en el juzgado y ahora en el juicio, nunca mantiene la misma versión. Realmente una conversación o un encuentro durante unos minutos, que no se sabe si va a ser relevante... determinar el tiempo que hayas estado reunido, si han sido diez minutos, doce o trece es realmente complicado. Por eso cada vez que declara da un horario distinto. Pero tampoco es que haya declarado en contra de Raquel.

—Por lo que se ve, parece difícil que aparezca un testimonio irrefutable que determine sin lugar a dudas la implicación de Raquel ¿verdad?

—Es que no puede haberlo. Lo que es una auténtica salvajada y un disparate es que se iniciara y se mantenga una petición del fiscal de 23 años de prisión que no solamente se propone sino que incluso se mantiene al llegar a juicio. No se sostiene legalmente. Otra cosa es que se pretenda un escarmiento para el máximo número de personas posible. En cualquier caso, la participación de Raquel se podría determinar o valorar bajo otro prisma pero desde luego, como coautora no. Es una auténtica temeridad y además no es justo para una persona que es decente, buena y que tiene a su favor que todas las personas que declaran lo dicen, incluso los que no son de parte. Todos coinciden en que les extraña. Dicen que es una persona buena, reservada y que no pudo participar en la elaboración de un plan. No tiene ningún sentido.

—En principio, los testimonios que quedan no deberían de cargar demasiado el peso de la prueba contra su clienta. No están llamados a aportar cuestiones decisivas...

—No, Quizá la parte más importante que tiene que venir son las pruebas periciales, fundamentalmente el psiquiatra que determine lo que le pasó a Raquel. Tiene que explicarlo bien porque a mí me lo contó y me convenció y el jurado tiene que entenderlo como algo posible. No estamos hablando de algo extraordinario. Ya lo expliqué en la primera exposición que hice. ¿Cuál es la reacción normal de una persona a la que le dicen que le queda una o dos semanas de vida? Pues empezar a llorar, lamentarse y no saber que hacer. Y sin embargo hay otras personas que no lo asumen y se quedan como en una situación in albis, en la que no sabes cómo reaccionar hasta que llega un momento en que valoras que te queda una semana de vida o un mes de vida y tomas otra decisión. Pero no es cierto que ante situaciones de stress todos reaccionemos igual. De ahí a otra cosa, entendemos que no es lógico.

—¿Cómo se encuentra después de lo ocurrido el miércoles?

—¿Tú cómo me ves?

—Aparentemente se le ve bien, pero los que no le vieron fueron los que estaban en sala...

—Eso ya se ha explicado y lo único que quiero es insistir en lamentar las molestias por lo que ha sucedido que fue algo completamente ajeno a mi voluntad. Ya se han dado las explicaciones convenientes y ahora hay que seguir con el juicio y que este tema tan serio se resuelva bien y con justicia.

—¿Espera que no haya consecuencias?

—Soy una persona responsable con lo que hago y mis explicaciones son convincentes y no tienen más trascendencia. No ha ocurrido nada más allá de las molestias y del perjuicio causado. Desde luego lo que no hubo es ninguna voluntad maliciosa de perjudicar a nadie. Lo único realmente importante es la salud y creo que no hay nada más importante que eso.

—¿Y si fuera una estrategia?

—¿Qué estrategia? ¿Qué estrategia? Si lo que ha pasado consistiera en eliminar testigos que nos perjudicaran y que no pudieran volver a declarar, digamos que estaría fundamentado que se pensara que había actuado de una manera maliciosa. Lo único que supone esto que ha ocurrido es que esas personas tienen que volver, que todos tenemos que estar un día más y que me merezco una colleja pero ha sido ajeno a mi voluntad. Más allá de eso, ninguna consecuencia.

—¿Fue un problema estrictamente personal?

—Sí, claro. Nada que ver con el asunto. Yo creo que todo está solucionado ya y suficientemente hablado.

—¿Es cierto que tiene que presentar un informe por escrito de lo que ocurrió ayer?

—No, no. En absoluto. Son circunstancias que a veces surgen, pero lo importante de este tema es que Raquel salga absuelta y que el juicio salga bien.

—Da la sensación de que la respuesta que ha dado a este asunto es un tanto vaga y quizá insuficiente...

—¿Insuficiente para quién? Yo tengo todo mi derecho a contar este asunto sólo hasta donde yo quiera. Yo soy el letrado de Raquel Gago y tengo que darle explicaciones a nivel profesional, a nivel personal no tengo que dar ninguna. Las incidencias se ponen en conocimiento de su señoría, que decidirá si hay que tomar alguna medida.

—¿Por qué sigue el coche en comisaría a esta hora? (Poco antes de las 13.00 horas de ayer)

—Porque no he ido a por él. Pasaré a retirarlo en breves instantes.

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